Ha disertado con su solidez académica, en la XI Semana (de tres días) de la transparencia en Tlaxcala, Mauricio Merino; sobre la preocupación de que el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), no aterriza en algunas entidades como ésta.

Vaya que Merino tiene motivos de preocupación, pues buena parte del contenido de la Ley General  del SNA, aprobada en julio de 2016, fue pensado e impulsado desde el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) en el que él labora.  Y vaya que resulta válido su interés en que se concretice lo que ordena dicha ley, ya que resultan innegables los escandalosos e intolerables niveles de corrupción, sobre todo de lo que Transparencia Internacional llama la “gran corrupción”.

Así, llevamos dos años padeciendo a la anticorrupción como discurso gubernamental o partidista en todos los ámbitos, incluidos el de los órganos garantes de la transparencia.  La moda entonces es hablar (sólo hablar por lo general) del combate a la corrupción, mientras los actos de las personas al frente de esas instituciones, hacen (igual en general, no decimos que no haya excepciones) lo contrario, se corrompen vilmente.

En ese marco desolador es que el Comité de Participación Ciudadana realiza una Consulta Pública, que concluye el martes 2 de octubre, sobre la Política Nacional Anticorrupción, como parte de la “ruta” a seguir para construirla.

Dicha consulta consiste en 6 preguntas de “priorización y opción múltiple”, más tres abiertas que se contestan vía internet.  He respondido a la tercera de estas, que pregunta si tiene uno “algún comentario u opinión adicional”, que “Espero un informe puntual de los resultados de este sondeo.”

No está programado dicho informe en la ruta, pero sí la presentación del “Primer borrador” para el 25 de octubre, el cual, entiendo se discutiría en “8 foros de consulta regional” del 29 de octubre al 23 de noviembre, para tener la “integración de la propuesta” el 19 de diciembre próximo, es decir cuando el nuevo gobierno federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador, ya esté en funciones e iniciando su propia estrategia al respecto, anunciada con la metáfora de que la corrupción “se barre como las escaleras, de arriba para abajo”.

Idea, con la que coincido y que consideró dará un bajón importante a la corrupción en el gobierno federal, si como lo ha dicho el aún presidente electo, las personas que está proponiendo para su gabinete y todo su equipo se comportarán honestamente.  Porque a la pregunta de la consulta que dice: “En tu vida cotidiana, ¿qué haces para evitar y/o combatir la corrupción?” respondo con dos palabras “ser honesto”.

En tal sentido, los reactivos que formula esta consulta, me parece que pueden dar un diagnóstico sobre las ideas acertadas y equivocadas, que los interesados en el tema, es decir los que respondimos el test, tenemos sobre tan lacerante mal.

Así partiendo de la primera pregunta debería estar claro que la corrupción es más “aprovechar un cargo público para obtener un beneficio personal” y no tanto que “los ciudadanos y empresarios” paguen sobornos.  Luego en la segunda considero que como herencia de la cultura política priista (es decir la que se construyó durante el priato) eso de que “el que no transa no avanza”, es una de las justificaciones de que en México la corrupción se vea como algo “normal” o válido.  En la tercera, pienso que, aunque se ha hecho mucho, se necesita mejorar “las leyes” y promover “cambiar el comportamiento de cada uno de los mexicanos”.  En la cuarta, “sancionar a los corruptos” y “crear una red de ciudadanos (yo diría de personas en general, es decir involucrando a menores de edad) que vigile las compras del gobierno” son de lo más importante para combatir la corrupción. En la quinta opino que es “prioritario” combatirla desde la “asignación de contratos de obra”.  Y finalmente en la sexta selecciono los ocho “actores más importantes” para este combate, pero aquí puedo decir que de ellos los “más importantes” fuera del Estado, son los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil.

Muy probablemente cuando se haga publica esta reflexión queden muy pocas horas para participar en tan importante consulta, por lo que invitaría a sumarse al esfuerzo, compartiendo mi respuesta a la segunda pregunta abierta de la misma, que dice: “Si tú fueras responsable del combate a la corrupción en México, ¿cuál sería la primera acción que propondrías? Respondo, no dando una sino varias de ellas: “Educar a los niños bajo el principio universal de la honestidad, promover en los jóvenes un programa de incentivos al comportamiento honesto, crear un mecanismos no burocrático de denuncia de actos de corrupción y definir una tipificación clara de delitos de corrupción así como de castigos ejemplares.”

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