En 2012, el entonces candidato del PRI a la presidencia, Enrique Peña Nieto, hizo ante notario 106 promesas de obra pública. De éstas, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó aleatoriamente 20 durante el sexenio (apenas el 18% del total), de las cuales nueve continúan con observaciones pendientes de resolver por irregularidades que suman mil 212 millones de pesos.

De las obras auditadas, destacan tres de los grandes proyectos de infraestructura del sexenio, como el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, el tren interurbano México-Toluca, y el Segundo Piso de Puebla, las cuales acumulan un abanico de señalamientos que van desde sobrecostos millonarios, retrasos en la construcción, pagos improcedentes a contratistas y la falta de comprobación por cientos de millones de pesos.

Nuevo aeropuerto, irregularidades por más de mil millones

El presidente Peña Nieto presentó su promesa de construir un Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) como la obra de infraestructura más importante de los últimos 60 años. Sin embargo, el proyecto ‘estrella’ del gobierno es también una de las obras del sexenio con más señalamientos de la ASF.

Entre 2014 y 2017, el órgano fiscalizador realizó 27 auditorías a Grupo Aeropuertario de la Ciudad de México (GACM), la empresa de participación estatal responsable de la construcción del nuevo aeropuerto. En esas 27 auditorías, la ASF hizo 152 observaciones al GAICM por irregularidades como falta de comprobación de servicios, pagos duplicados y en exceso a contratistas, gastos innecesarios en comunicación social, formalización de convenios fuera de tiempo, o pagos por materiales de obra a precios fuera de mercado.

Tras la publicación en febrero de este año de una nota sobre estos señalamientos, el Grupo Aeropuertario de la Ciudad de México argumentó a través de una respuesta escrita a Animal Político que las irregularidades expuestas por la ASF se refieren, en la mayoría de los casos, a “solicitudes de aclaración” del gasto, las cuales dijeron que irán solventando progresivamente con documentación. Por lo que el GAICM subrayó que “no hay ningún daño patrimonial, ni actos de corrupción” en la obra.

De acuerdo con el portal de la ASF, de las 152 observaciones que realizó entre 2014 y 2017, el GAICM ha solventado 121 a la fecha. Pero aún falta por aclarar otras 31 observaciones que suman mil 044 millones de pesos. Entre esas observaciones pendientes está, por ejemplo, un probable daño al erario por 269 millones de pesos en la Cuenta Pública 2016, “por la falta de evidencia de la prestación de los servicios contratados”. Y la comprobación, ese mismo año, de cómo se gastaron otros 205 millones de pesos en esta obra.

Otro punto polémico del nuevo aeropuerto es el sobrecosto que lleva acumulado: en 2014, cuando se presentó el proyecto, se dijo que la inversión sería de 169 mil millones de pesos. En agosto de este año, el costo previsto ya es de 285 mil millones de pesos; 116 mil millones más, o un 68% al alza.

Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), argumentó en su cuenta de Twitter que “el costo original” del nuevo aeropuerto siempre ha sido de 13 mil 300 millones de dólares. Pero el aumento del precio de los materiales de construcción y, sobre todo, la progresiva “depreciación” del peso, es lo que ha provocado que esos 13 mil 300 millones de dólares de 2014 cuesten, cuatro años después, 285 mil millones de pesos…

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