En México, en los próximos diez años, no podrá conocerse en qué condiciones contractuales el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) compró “Galileo RCS” a la empresa italiana The Hacking Team, un software para realizar espionaje por el que pagó 1 millón 390 mil euros y con el que al final, alcanzó menos del 2 por ciento de efectividad. Mientras este spyware fracasaba, entró Pegasus a México, la herramienta fabricada por NSO Group, con la que periodistas y activistas señalan haber sido espiados.

Los contratos CISEN 128/13 y CISEN /020/15 con The Hacking team fueron reservados por el CISEN hasta 2027 y el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI) le dio la razón.

Garante del acceso de los ciudadanos a la información, el INAI no sólo avaló la determinación del CISEN de reservar la información del espionaje porque se trataba de información que podría vulnerar la seguridad nacional. En pleno, el instituto instruyó al órgano de inteligencia a modificar la justificación de la reserva. Le pidió que no se basara en el artículo 14 de la antigua Ley Federal de Transparencia –como lo había hecho -, sino en el 13 de la misma ley en aras de dejar claro que la revelación de la información del spyware Galileo podría conllevar riesgos.

Joel Salas Suárez, en ese momento comisionado, ratificó la reserva máxima marcada por el órgano de inteligencia a cargo de Eugenio Ímaz Gispert cuando organizaciones, tanto nacionales como internacionales ya habían advertido que los productos vendidos a los Gobiernos por la firma italiana representaban amenazas a la intimidad de los ciudadanos…

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