Guillermo O’Donell  ha planteado desde hace ya un buen rato que “un Estado que no es capaz de hacer valer su legalidad sustenta una democracia con baja intensidad de ciudadanía”.  Es decir de ciudadanos como sujetos que no saben que tienen derecho a tener derechos y por lo tanto nos los ejercen. No tenemos, esa especie de ciudadanía “desde abajo”.

No estamos educados para ello. Poco se ocupa nuestro sistema educativo en esto.  Siendo desconfiados podemos decir que más bien se ocupa de lo contrario.  O matizando, procura preparar a la gente, antes que nada, para incorporarse a un mercado laboral.

Nula pedagogía hay en nuestro entorno para que las personas, no sólo los ciudadanos, se preparen para ser ciudadanos, es decir habitantes de la ciudad, de la polis, y en consecuencia se interesen en los asuntos públicos, en la res pública, la república.

El panorama es en este sentido desolador.

Ante ello, Nosotrxs aparece como una alternativa de organización de la sociedad civil, que puede impulsar esa “ciudadanía desde abajo” mencionada al principio.

En consonancia hemos, por decir así, formalizado el surgimiento de este movimiento en Tlaxcala, con un grupo, convocado originalmente por José Vicente Saiz Tejero, en una reunión con Mauricio Merino el viernes 9 de junio pasado.  Ha explicado cómo se consolida esta idea que resulta colateral al trabajo que desde el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE, como Think tank, si quieren, más que como institución académica) se ha materializado en ejercicios de incidencia  en instituciones como el INE, con la Enccívica, o en materia de transparencia, con mucho de lo que ahora es el Sistema Nacional de Transparencia o iniciativas de impacto como nuestra Red por la Rendición de Cuentas.

Le hemos manifestado a Merino en dicha reunión que le entramos a la iniciativa y en ese momento lo hemos materializado, incorporándonos vía el mecanismo que se ofrece en el portal de internet. He señalado ahí lo sencillo, práctico, pero sobretodo útil que me parece es.

Ustedes lo pueden ver y comprobar, porque no es una suma mecánica.  Tiene por lo menos dos elementos organizativos que a mí me parecen eficaces por avocarse a la sinceridad de quien se adhiere.  El primero es que te señalan que puedes participar de tres formas y aproximadamente de cuánto tiempo emplearías a la semana, o sea el “nivel de responsabilidad” que piensa uno tener dentro del movimiento.  Y el segundo que se enfoca a que señale uno sobre qué tema, de cinco enlistados, le gustaría involucrarse.

Yo he dicho que puedo destinar entre una y cinco horas a la semana, como “miembro de un colectivo ciudadano” y que me interesa “vigilar a nuestro intermediarios políticos”, ya que me preocupa “que haya tanta corrupción”.

He recibido de manera inmediata dos mensajes a mi correo electrónico para la darme la bienvenida, el primero con la siguiente tarea o promesa: “Juntxs haremos valer nuestros derechos con la ley en la mano”.  Entiendo y por eso me incorporo a esta opción de lucha, que se trata de divulgar, promover el ejercicio (hacer pedagogía se dice) y defender los derechos de las personas y de los ciudadanos.  Pienso, incluso más que en los derechos políticos como el voto, en los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC).

Coincido totalmente con lo que ha dicho Merino en el discurso inaugural respecto a que: “Nosotrxs quiere (debe diría yo) rectificar el rumbo de nuestra democracia y dignificar la vida pública, la acción política bien entendida… No tenemos que esperar a las elecciones venideras. No estamos formando otro partido ni otra candidatura independiente. No tenemos calendario electoral. Tenemos derechos y tenemos leyes que son nuestras. Y también tenemos prisa, eso sí, para dignificar la vida política de México.”

Siento y eso realmente me emociona, que, luego de experiencias político partidistas, por lo menos de 1985 a 2004, de las que no me avergüenzo y menos me siento desilusionado; explorar en este espacio es darle continuidad a esa lucha, que no se ha quedado ahí, sino que se ha extendido a mi trabajo académico en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, a los ejercicios de opinión pública como ésta columna y sobre todo a mi trabajo en el órgano garante de la transparencia en mi entidad del que fui Comisionado de 2011 a 2013.

Quiero con esta reflexión invitar a todos, que se asomen a esta alternativa de organización y si les parece viable se sumen a nosotros, porque mucho se podrá hacer desde abajo y lo veremos más pronto que tarde.

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