Ante la aceleración del ritmo de crecimiento de la deuda pública en los últimos años y la presión financiera cada vez más fuerte que enfrenta el Gobierno Federal, es urgente imponer una mayor disciplina presupuestaria a nivel federal, expresó Edna Jaime, Directora General de México Evalúa, durante la presentación del estudio Las dos caras de TU moneda. Una mirada a la expansión del gasto público, elaborado por la organización.

“Durante la primera mitad de la presente administración, se observaron cambios significativos tanto en las fuentes de financiamiento del Gobierno como en las prioridades de gasto”, explicó Mariana Campos, Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa y co-autora del estudio.

Por un lado, la modificación más dramática del periodo afectó las arcas públicas, pues los ingresos provenientes de la venta de petróleo ya no son la principal fuente de financiamiento del presupuesto público, detalló la investigadora. Entre 2012 y 2015, éstos cayeron casi 600 mil millones de pesos, alrededor de 13 por ciento del presupuesto de todo el gobierno mexicano en 2015. Esta caída se debe al desplome de los precios del petróleo, pero también a la disminución de la producción mexicana.

Este boquete fue compensado en gran parte por los incrementos de 39% en la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR) y de 12% en la del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que sucedieron en el periodo, gracias a la Reforma Hacendaria. Sin embargo, el gobierno también ha tenido que incrementar los impuestos a las gasolinas, recurrir a un tipo de ingresos particularmente opaco, que presumiblemente se obtiene mediante la colocación de deuda adicional y descapitalización de organismos públicos, llamado “aprovechamientos”, y aumentar de manera importante el déficit, recalcó Mariana Campos.

Por otro lado, de 2012 a 2015, el gasto del Gobierno Federal aumentó 19 por ciento, equivalente a 597 mil millones de pesos. Este incremento superó considerablemente el crecimiento de la población (3.4 por ciento) y el de la economía (6.3 por ciento) en el mismo periodo.

“De hecho, pese a haber anunciado un recorte para 2015, no solamente el gobierno no redujo el gasto ese año, sino que lo aumentó en 4.2 por ciento”, recordó la experta. “Esto sentó un fuerte precedente que afecta la credibilidad en el manejo de la política fiscal”.

Destacó que el aumento al gasto público más importante durante este periodo se destinó al rubro de “Subsidios y transferencias”, que carece de los controles necesarios para evitar su uso político y promover su rendición de cuentas. Por su parte, el aumento en pagos a la burocracia durante el periodo alcanzó 29 mil millones de pesos, casi la mitad del recorte anunciado para 2016, mientras que el costo financiero de la deuda para 2015 alcanzó los 313 mil millones de pesos, más de cuatro veces el valor del Seguro Popular.

“En la presente administración, el Gobierno Federal ha gastado cada vez más, pero no mejor”, concluyó Edna Jaime.

Para ello, los Legisladores deben reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de tal modo que ésta fije un techo de déficit permitido, establezca las situaciones en las que se puede autorizar ampliarlo y obligue al gobierno a prever mecanismos para volver al techo original cuando solicita esta autorización, puntualizó. Esta Ley también debe imponer a la autoridad hacendaria que especifique, en el Decreto de Presupuesto, los programas y proyectos que planea financiar con deuda pública.

Finalmente, es indispensable garantizar que los recursos públicos se asignen a programas con reglas de operación, que se evalúen y auditen constantemente y que los gobiernos locales que reciben estos recursos demuestren un nivel mínimo de capacidad de gestión para gastarlos adecuadamente, finalizó.

Comentaron el documento los Diputados federales Minerva Hernández Ramos y Vidal Llerenas Morales, así como Haydeé Pérez Garrido, Directora Ejecutiva de Fundar.

VEA DOCUMENTO AQUÍ

Con información de México Evalúa