Frecuentemente percibía, siendo Comisionado del órgano garante de la transparencia en Tlaxcala, durante las campañas electorales presidenciales del 2012, en mis pares de otras entidades, que consideraban a Andrés Manuel López Obrador como alguien contrario al Derecho de Acceso a la Información Pública.

Entendible tal actitud porque la mayoría de ellos, cosa que considero no ha cambiado, políticamente es proclive al oficialismo priista y panista.  Cosa que no reprobamos ni nos debe sorprender si es que pensamos que los políticos de profesión que los nombran en los congresos locales son de esos signos partidistas.

Además, algunas declaraciones, radicales, que no extremistas (esto sólo es propio de la derecha), del propio Andrés Manuel en esa campaña y después de ella, ha ayudado a que esa imagen no se borre fácilmente.

Esos antecedentes son los que hay que tomar en cuenta para analizar, es decir no caer en el discurso del “blanco o negro”, el revuelo que ha causado la llamada “declaración 3de3” del Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido morena.

Mi amigo Vicente Viveros, ha publicado en su cuenta de Facebook ante ello, que él duda de dicha declaración, “pero mientras no haya pruebas de lo contrario habrá que dar el beneficio de la duda.  O es muy inteligente para no dejar huella de sus posesiones o dice la verdad…”

Presto que siempre estoy para intercambiar puntos de vista, aunque pueda ser molesto para mis interlocutores, sobre todo si son “expertos” en el tema, le he respondido que “yo dudo del 99 por ciento de todas esas declaraciones 3de3.”  Y como además soy pro AMLO, crítico, es decir libre, extendí mi comentario y lo confirmo aquí: “Resulta que como la regla es que los políticos de profesión  e incluso altos funcionarios públicos, tienen muchas posesiones, que uno de ellos declare lo contrario resulta efectivamente no creíble.  Mi apreciación es que AMLO no es Mujica, pero se le parece mucho en ese aspecto.”

Aquí el punto que quiero destacar en la reflexión de hoy.  La iniciativa 3de3, impulsada por el IMCO y Transparencia Mexicana (con la COPARMEX entre telones diría yo) es loable en cuanto acercar información a la ciudadanía, pero no ha mostrado eficacia, para el propósito que se plantea, de buscar  “reconstruir la confianza ciudadana a través del compromiso y transformación de la clase política en nuestro país: funcionarios y políticos que antepongan los intereses de México a los suyos.”

De hecho ha resultado una herramienta que varios de los convocados utilizan como una máscara, o un recurso retórico, para quedar bien ante el ciudadano común más o menos interesado en lo público.  La iniciativa, por su gran complejidad, no puede más que acercar información que quienes se toman la molestia de revisarla, pueden creer o no, según su predilección ideológico-partidista.  Es decir los que no tragan, por usar una expresión rápida de entender, a López Obrador despotricaran ante su 3de3; y en el otro extremo los que lo siguen casi fielmente pueden hasta maravillarse con ella.

Pero veamos el caso.  Recordemos que la famosa iniciativa consiste en hacer públicas vía el sitio web correspondiente, tres declaraciones: la patrimonial, la de intereses y la fiscal.  Dejemos a un lado las dos últimas y concentrémonos en la primera.  En ella el odiado y querido “Peje” ha confirmado por escrito lo que desde hace un buen rato ha declarado verbalmente, que no tiene propiedades.  Que lo que tenía lo ha traspasado ya a sus hijos y que percibió durante “el último año fiscal concluido”, o sea 2015, la cantidad de 600 mil pesos.

Si tomara otro caso, por ejemplo el de mi amiga la diputada federal por el Distrito Electoral Federal 02, de Tlaxcala, Anabel Alvarado, vería que la información que tiene el sitio es la de su declaración 3de3 presentada cuando fue candidata.  Según la patrimonial, ella habría tenido un ingreso en 2014 de 103 mil 553 pesos con 20 centavos (unos 8,630 mensuales) por un rubro denominado en el formato como “otras actividades”.  De alguna manera porque la conozco un poco, le creo, o más bien no tengo porque no creerle.

Pero, según la propia iniciativa 3de3 en la sección “Preguntas frecuentes” de su sitio web, dice que “La declaración patrimonial permite conocer el estado, evolución y valor estimado de los bienes que posee el declarante desde el inicio hasta el fin de su encargo. Hacerla pública permite que los ciudadanos puedan monitorear que el patrimonio del funcionario o persona de interés público crezca conforme a sus ingresos y los de sus familiares.”

Pero entonces resulta que no puedo “monitorear” a la diputada, sencillamente porque no ha actualizado su declaración patrimonial, habiendo concluido el año fiscal de 2015.  Nada legal la obliga. Hizo su 3de3 porque de alguna manera convenía hacerlo dentro de su campaña electoral. Pero ¿por qué no la actualiza?  Quisiera creer que porque no le ha dado tiempo hacerlo, porque la estimo como amiga, pero en realidad es porque no le reditúa, políticamente hablando, o sea ya no está en campaña.

Yo quisiera ver en el caso de AMLO, o de quien sea el próximo presidente de México, efectivamente cómo evoluciona su patrimonio durante el tiempo de su encargo. Pero en los términos en que se aprobó (por la mayoría priista y sus aliados del seudo partido verde) el artículo 29 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas vigente desde el mes pasado, los ciudadanos comunes no podremos simplemente hacerlo.

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