Estoy totalmente seguro que el advenimiento de una sociedad democrática, en su sentido de transparente, y decente en cuanto que las personas no sean humilladas por las instituciones del Estado, por ejemplo violentando su privacidad e intimidad; es posible centralmente desde una perspectiva generacional.

Es decir que si y sólo sí se invierte a futuro, trabajando con los niños, adolescentes y jóvenes, se puede derrotar a monstruos como la corrupción ya que no es un sueño sino un futuro realmente alcanzable.

Eso es lo que tenía en mente y desafortunadamente no se logró consolidar por las envidias propias de un órgano colegiado, cuando en 2011, siendo Comisionado del órgano garante del Derecho de Acceso a la Información (DAI) y la Protección de los Datos personales (PDP) en Tlaxcala, impulsé el proyecto de “Burbujas de la transparencia”.  Surgió como una obra de teatro dirigida a los niños, creada por el Maestro Rogelio Paredes “el mimo de Tlaxcala”, a la que Francisco Santillán le puso música creando la canción distintiva “Quiero saber”.  De esta manera “Super DAI” nace como el héroe que lucha contra “La Sombra de la Corrupción” y lo vence con un arma insólita que resultan ser las pompas de jabón o burbujas de la transparencia.

No me da pena en comentar que de mi bolsa tuve que sufragar gastos para que este proyecto avanzara.  La CAIPTLAX, ya no invirtió ni en la música, ni en el siguiente paso que fue la versión comic de la historia.  Esta última que se logró realizar gracias a mis amigos de “Comictlan”, principalmente a EFS que hizo la adaptación y a Sareki López que la dibujó.  Ahí está la idea latente esperando que la generosidad logre rescatarla algún día.

Todo esto recordé sin nostalgia, sino más bien con espíritu de lucha al leer la historieta Ina y el cuervo de nunca más, escrita por Nuria Gómez Benet, pedagoga por la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la UNAM e ilustrada por Guadalupe Sánchez Sosa, cuyos proyectos, leo en correcamara.com.mx,   “integran las diferentes experiencias a los que se ha entregado en busca de su propia expresión, vinculada casi siempre a los niños, las mujeres y la educación en valores.”

Trabajo editado por el INAI e impulsado, me dice mi amigo Agustín Millán, por la Comisionada Areli Cano, en respuesta a un tuit en el que celebré su aparición diciendo que ya se estaban tardando en sacar un material de divulgación con sentido verdaderamente lúdico.

Diecinueve páginas narran la historia de una adolescente que acostumbrada a vivir también en la realidad virtual del ciberespacio, el espacio de los flujos como le llama el sociólogo Manuel Castells, comete un error que se promete no repetir inspirada en el famoso cuento de El cuervo de Edgar Alan Poe.

No cuento los detalles de la historia, sólo transcribo un pequeño extracto del poema que se cita en la historieta o comic: “Evadido de la ribera nocturna, ¡dime cuál es tu nombre en la ribera de la noche plutónica! Y el Cuervo dijo: ¡Nunca más!”

De gran mérito resulta el trabajo si se ve a mediano y largo plazo puesto que con Ina (se entiende que inspirado el nombre en INAI), prácticamente se está creando un personaje que puede acompañar la divulgación o socialización tanto del DAI como de la PDP.  Un personaje que se puede hacer cotidiano, si se pensara en convertirlo en una especie de saga al estilo de “Harry Potter”, “Memín pinguín” o Mafalda.

Ina se puede convertir en un símbolo de identidad, para el INAI, que al estilo de series como “El diván de Valentina” o similares, pueda no sólo a través de la historieta impresa sino principalmente en videos virales influir en la formación de la cultura de la transparencia y la privacidad en los niños, adolescentes y por qué no jóvenes mexicanos.

Quizá alguien me acuse de pecar de entusiasmo excesivo, pero mi humilde experiencia profesional me da chance en ocasiones de soñar despierto.  Porque esos sueños no son de ingenuos o inmaduros, sino más bien producto de los ideales políticos (en el buen sentido de la palabra) que me he formado en las más recientes dos décadas y media de darle importancia a lo público desde mi individualidad académica.

Realmente felicito al INAI, así como lo critico o cuestiono libremente, por este logro, conminándolos a no dejarlo en una publicación más y sí en explotar la idea como en su momento lo hizo el ITEI Jalisco con el “conejo T” creado por el caricaturista “Falcón”.

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