Este domingo 3 de abril, dieron arranque las campañas políticas para que los y las oaxaqueñas elijan al gobernador de nuestro estado. Son cuatro los contendientes, Alejandro Murat del PRI, Benjamín Robles del PT, Antonio Estefan Garfias de la coalición PAN-PRD y Salomón Jara por MORENA. El órgano electoral local, rechazó la única candidatura independiente a cargo de Juan Manuel García.
A excepción del candidato del PRI, los demás emanan del gabinete del actual gobernador Gabino Cué. Uno de ellos, con el membrete CREO (Con rumbo y estabilidad por Oaxaca) es el que apuesta por la continuidad del proyecto del actual gobernador y la no regresión del PRI. Sin embargo, este candidato hasta hace un año, pertenecía al PRI. No olvidemos que fue el coordinador de campaña en el 2010 del entonces candidato y actual senador Eviel Pérez Magaña que disputaba la gubernatura a Gabino Cué. En ese sentido, este candidato tiene que trabajar más en su discurso porque tendrá que buscar argumentos sólidos para convencer a los oaxaqueños sobre la continuidad y desempeño de la actual administración de Gabino Cué, quien por cierto se dedicó la semana pasada a inaugurar las obras que llevan 3 años de plazo constructivo, mismas que no están concluidas, pero no había de otra, la veda electoral lo alcanzó.
El candidato del PT, también ex colaborador del gobernador, fue el que rompió primero, con el gobernador y después con el PRD. Siempre declaró ante los medios nacionales y estatales, que estaría en la boleta electoral del 5 de junio. Hoy lo está aunque ya no con la fuerza que tenía hasta hace poco de un mes. Sin embargo, es el único candidato que se ha manifestado por combatir la corrupción, el enriquecimiento ilícito y la impunidad de varios servidores públicos de la actual administración. Incluso señalo al propio gobernador. Su discurso no es contra el PRI es contra la administración del gobernador.
El candidato de MORENA, sin pena ni gloria. También fue colaborar del actual gobernador, desde el 2010 antes de que el movimiento de regeneración nacional fuera un partido político, ya manifestaba que sería el candidato de Andrés Manuel. Hoy se lo cumplió, lo defendió a capa y espada contra las corrientes internas del partido en Oaxaca. Es el candidato más débil, así lo considero. No hay propuestas para Oaxaca, el discurso es una copia de lo que clama su líder nacional. El candidato no se pronuncia con nada que tenga que ver con la actual administración, ni aciertos ni errores. Es sabido que la contraloría tiene detenidos varios procedimientos administrativos con responsabilidad. Es por esto, que su discurso está maniatado con la realidad que vive Oaxaca en términos de pobreza, educación, seguridad y otros más. Su discurso será general, sin tocar al gobernador.
Por último, el candidato del PRI, el más vapuleado, va en caballo de hacienda para la gubernatura. Una realidad al fin. La actual administración que emanó de una coalición de todos los partidos, dando paso a la alternancia en nuestro estado, no tuvo el tacto político a mediano y largo plazo para consolidar la transición democrática. El candidato del PRI se llenará la boca con posicionamientos sobre el mal desempeño de la actual administración, le dieron tela para cortar y hacer su traje a la medida.
Así, Oaxaca enfrenta una elección donde la oposición al PRI proviene de ex servidores públicos del gabinete de Gabino Cué. Todos “comieron de su mano”, dice el gobernador. Uno de ellos representa la continuidad, otro en contra del gabinete por tanta corrupción y el último, sin poder pronunciarse a favor o en contra por tener abiertos procedimientos de responsabilidad administrativa. Sin duda que el discurso que mantengan en campaña provendrá de los aciertos y errores de la administración de Gabino Cué, misma que ya llegó a su fin. Ya no hay nada que destacar de aquí a diciembre.
El PRI en sus mismas prácticas de convocatoria, solo que ahora, ayudado por una oposición fragmentada que abusó del ejercicio del poder en la actual administración. El regreso del PRI es muy probable.