El buen uso de las tecnologías en algunas secretarías del gobierno federal y organismos que usan dinero público parece ser un dolor de cabeza. En distintas auditorías hechas sobre el uso de las Tecnologías de Información y Comunicaciones, ninguna de las dependencias logró un desempeño óptimo.

De hecho, prácticamente en todas se hicieron recomendaciones, debido a que el dinero no se ocupaba de manera correcta, porque los objetivos de hacer más confiable, seguro o eficiente cualquier tipo de servicio que tuviera que ver con la dependencia no se cumplieron.

Las auditorías hechas a Banobras, SAT, CNBV, INE, Archivo General de la Nación y SRE tuvieron recomendaciones por no cumplir con la normatividades para garantizar que la información que manejan las dependencias esté segura.

Además, cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASF) verifica que se contrataron los mejores planes y proveedores de servicios, en prácticamente ninguno de los casos se logró.

Por ejemplo, en la auditoría hecha al SAT se determinó que se hicieron adjudicaciones directas que permitieron que un proveedor únicamente revendiera un producto con sobreprecio, además que la dependencia tuvo que pagar costos adicionales de entre 25.3 y 20.3 por ciento, es decir, el SAT tuvo que pagar 63 millones de pesos más de lo presupuestado por un servicio…

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