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Los costos del uso de efectivo
1. Informalidad. En países altamente dependientes del efectivo y en los cuales los pagos electrónicos son poco utilizados la economía informal es de 39% del PIB en promedio[1]. En países que utilizan más frecuentemente transferencias electrónicas la cifra es 20% en promedio.
2. Efectos fiscales. En México casi 1 de cada 2 pesos que circulan en las transacciones económicas son dinero en efectivo[2], lo que significa que potencialmente 50% del PIB podría no fiscalizarse correctamente.
3. Corrupción. Es frecuente que en los escándalos de corrupción el dinero en efectivo sea el medio de pago. La evidencia muestra una relación importante entre un alto porcentaje de uso de medios de pago distintos al efectivo y una menor percepción de corrupción. En los países donde al menos 20% de los adultos usan pagos electrónicos su calificación en el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional es dos veces mejor que aquellos con menor uso.
4. Actividades ilegales. El anonimato asociado con el dinero en efectivo lo hace muy atractivo para las actividades ilegales y el crimen al no dejar rastro en el sistema financiero. En Europa, 30% de los reportes de transacciones sospechosas ante la Europol[3] tienen como motivo el uso de efectivo[4]. Además, existe evidencia de que en ciudades donde se implementan transferencias electrónicas para distribuir dinero de programas sociales, los crímenes como el robo y el asalto se reducen en 9.8%[5].
5. Crecimiento económico. En el agregado, las ganancias en eficiencia por uso de medios electrónicos de pago tienen impacto en el crecimiento. Esfuerzos adicionales por reducir el uso de efectivo podrían sumar entre 0.4 y 0.5 puntos porcentuales al crecimiento anual[6].
Ejemplos internacionales de reducción de uso de efectivo
- Algunos países de ingreso medio bajo como Kenia o India hacen uso de plataformas de transferencias electrónicas a través de dispositivos móviles. En Kenia, 25% del PIB circula en un sistema de pagos por medio de teléfonos celulares llamado M-PESA[7].
- En Colombia, algunos bancos locales han diseñados programas piloto para eliminar el uso de efectivo en pequeñas comunidades. El pueblo de Concepción es uno de los primeros casos en donde se está implementando esta estrategia[8].
- De acuerdo con estimaciones de MasterCard, México avanza más lento en la adopción de medios de pago electrónicos que países como Kenia, China o Sudáfrica. El gobierno mexicano tiene un área de oportunidad para mejorar las condiciones precursoras para reducir el uso de efectivo.
IMCO propone
Las siete propuestas del IMCO para reducir el uso de efectivo en México son:
1. Aprovechar las políticas sociales para fomentar el uso de cuentas bancarias.
Los programas sociales son un buen mecanismo para mejorar la inclusión financiera. Los programas como Prospera (antes Oportunidades) podrían usar monederos electrónicos y tarjetas asociadas a cuentas bancarias para entregar recursos a sus beneficiarios.
2. Programas de tecnificación para microempresas e incentivos fiscales para uso de TPV.
Los instrumentos fiscales pueden ser útiles para fomentar la adopción de Terminales Punto de Venta (TPV) y combatir la informalidad. El costo de acceso y uso de TPVs, así como la fiscalización de ingresos previenen a que los establecimientos mercantiles usen este tipo de dispositivos. Los incentivos fiscales a empresas que reporten un porcentaje alto de sus ingresos usando pagos electrónicos podrían ayudar a corregir estas distorsiones.
3. El gobierno debe poner el ejemplo.
Los tres órdenes de gobierno deben poner el ejemplo y reducir al máximo el uso de efectivo. Utilizar medios de pago electrónicos y transferencias bancarias permite conocer el origen y destino de los recursos públicos. El conocimiento de los flujos de dinero es necesario para facilitar la rendición de cuentas. El pago a proveedores, las compras públicas, la obra pública y el pago de nóminas deberían ser realizados de manera obligatoria por medios electrónicos.
4. No obligar a los establecimientos a aceptar dinero en efectivo.
La legislación obliga a todos los establecimientos a aceptar dinero en efectivo como pago por productos y servicios. En Suecia, los negocios no tienen esta obligación.
5. Cuotas a retiros de efectivo por arriba de un umbral.
A los usuarios de cajeros automáticos se les podría cobrar cuotas proporcionales por retirar dinero en efectivo por arriba de un umbral definido, con el fin de desincentivar su retiro y uso.
6. Máximos diarios de retiro de efectivo más restrictivos.
Aunque los máximos diarios de retiro de efectivo son una realidad, hacerlos más restrictivos reduciría el incentivo a retirar efectivo de cajeros automáticos, así como su circulación y uso.
7. Eliminar la distribución de billetes de $500 y $1,000 pesos.
Probablemente la política más inmediata para reducir el uso de efectivo sería eliminar la circulación de billetes de alta denominación. Los billetes “grandes” se utilizan para almacenar valor y transportarlo utilizando menos espacio. La lógica detrás de su eliminación es que todos los pagos en los que se utilicen billetes de alta denominación bien podrían hacerse vía electrónica.
Para más información sobre este análisis consulta:
www.imco.org.mx
[1] Análisis del IMCO con datos de Banco Mundial y Schneider, F., & C., W. (2013). The shadow economy. The Institute of Economic Affairs Monographs. Hobart paper, 172.
[2] MasterCard Advisors. (2013). Cashless Journey Spotlight on Mexico.
[3] Europol o European Police Office es la agencia policial de la Unión Europea.
[4] Europol Financial Intelligence Group (2015). Why is cash still King? A strategic report on the use of cash by criminal groups as a facilitator for money laundering. European Police Office.
[5] Wright , R., Tekin, E., Topalli, V., McClellan, C., Dickinson, T., y Rosenfeld, R. (2014). Less cash, less crime: evidence from the electronic benefot transfer program. Nation Bureau of Economic Research. Obtenido de http://www.nber.org/papers/w19996.pdf
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