Los líderes del G20 adoptaron hoy una normativa para favorecer la transparencia fiscal y dificultar la ingeniería impositiva de grandes compañías, además de una regulación bancaria para evitar futuros rescates de la banca.

Los líderes de las potencias del G20 reconocen que el crecimiento mundial está por debajo de las expectativas y advierten de «riesgos e incertidumbres» en los mercados financieros, así como sobre «desafíos geopolíticos» que amenazan a la economía, señala el comunicado final de su reunión de Antalya.

El G20 sigue comprometido con impulsar el crecimiento económico mundial, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reducido para este año del 3,3 por ciento al 2,9 por ciento.

 Los líderes políticos también reconocen que «la creciente desigualdad» social es un motivo de preocupación y puede suponer no solo «un peligro para la cohesión social», sino que también puede «socavar las perspectivas futuras de crecimiento».

La OCDE había alertado antes de la cumbre de que la desigualdad era un motivo de preocupación ya que se encuentra en sus niveles más altos en décadas en las economías desarrolladas, mientras que en los emergentes es incluso peor.

El G20 ha adoptado en esta cumbre un plan de acción de la OCDE para luchar contra la erosión de la base fiscal y la transferencia de las ganancias de las corporaciones multinacionales (BEPS, en sus siglas en inglés)…

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