Las presiones sociales y económicas de un mundo global y una economía de mercado, transversales a casi cualquier actividad humana, han impactado drásticamente en la realidad político-social que vivimos.

Las reformas estructurales pretenden responder a este nuevo dinamismo del desarrollo nacional y mundial, mediante un vertiginoso reordenamiento estatal, acompañado de una prescripción integral de largo aliento que articula la sustentabilidad y la equidad geoeconómica del país.

Con un golpe de timón, y basado en el Plan Nacional de Desarrollo, el Presidente Peña Nieto asumió el compromiso de impulsar el “Programa de Desarrollo Innovador”, fundamento de la reciente iniciativa de “Ley de Zonas Económicas Especiales (ZEE)”, que marcan la convergencia de los proyectos de desarrollo y fortalecen el equilibrio entre inversión pública y privada.

Esta iniciativa pretende regularizar el potencial de equidad territorial; concretar la convicción y el compromiso de una nueva visión de la gestión gubernamental; y edificar políticas públicas, que en la actividad industrial marcan un parteaguas y una frontera con los planteamientos de hace dos décadas, que admitían que “La mejor política Industrial, es aquella que no existe”.

Este nuevo paradigma que enfoca desde la visión de Estado, la construcción de una política pública de desarrollo industrial, es el hecho histórico que sustenta la iniciativa de “Ley Federal de Zonas Económicas Especiales”, que busca armonizar de manera integral el crecimiento, el desarrollo económico y la brecha regional, organiza un marco regulatorio que potencia la productividad y propende a una tasa elevada de crecimiento, que repercuta en la calidad de empleos y subsane el rezago social.

Sin embargo, hay que considerar que las Zonas Económicas Especiales que se ubican en Puerto Chiapas, Puerto Lázaro Cárdenas y el corredor Transístmico, pese a que cuentan con un alto potencial productivo y logístico, carecen todavía de la infraestructura científico-técnica y de capital intelectual, que aseguren el pleno desenvolvimiento de la zona, sin implicar el desplazamiento y desarraigo de los recursos humanos.

La visión de Estado del Ejecutivo Federal, marca una prescripción central: la equidad económica territorial, sólo es posible si se guardan simetrías de desarrollo, con una lógica de crecimiento sustentable, donde la industria, el desarrollo financiero y el capital humano y cultural, coexistan en un espacio de oportunidades y de competitividad plena.

En prospectiva, la iniciativa de “Ley de Zonas Económicas Especiales”, implica la reestructuración de la política industrial y pretende garantizar acciones vinculatorias para los gobiernos federal, estatales y municipales, respecto a la generación de oportunidades basadas en la equidad territorial, las vocaciones regionales, y el estímulo de los factores de desarrollo del capital social.

La lógica política de esta estrategia, no está equivocada. Está centrada en el conocimiento y el aprendizaje histórico, de que el asistencialismo provocó inmovilismo económico y dependencia de los agentes privados de la economía, y que el letargo económico es también producto de la somnolencia de estas fuerzas productivas y de un conformismo carente de una visión emprendedora y nacionalista.

Hay que entender que los factores de estabilidad política, no están disociados del desarrollo económico. Si el ejercicio de gobierno le otorga certidumbre y oportunidades al tejido social, no sólo habrá afianzando la realidad endogámica, sino la visión internacionalista, para consolidar las reformas estructurales.

No podremos superar el subdesarrollo político, si antes no abatimos el subdesarrollo económico. La “Ley de Zonas Económicas Especiales”, debe dar paso a una política económica industrial de vanguardia, que privilegie los desarrollos y las potencialidades de los recursos subutilizados, dispersos e inconexos, cuya realidad fragmentaria impide su óptimo aprovechamiento en favor del desarrollo económico nacional.

En este escenario, advierto que Hidalgo presenta condiciones inmejorables, y ventajas competitivas para los negocios de gran escala. Está edificando una ventana de ciencia, innovación y cultura que vincula al gobierno, la academia, la empresa y la sociedad, y los sujeta a una operatividad logística, que marcará un cambio cualitativo en los paradigmas de desarrollo humano; donde la creación de “Redes Sociales del Conocimiento y la Cultura”, permitirá a la inteligencia social construir esta megalópolis de la economía del conocimiento.

Hidalgo es tierra de trabajo y de trabajadores, y está llamado a ser el nuevo polo del desarrollo industrial y de la innovación del centro del país.

Presenta una ubicación e infraestructura vinculatoria en la distribución de mercancías a nivel nacional, construye el tecnopolo “Pachuca Ciudad del Conocimiento y la Cultura”, el “Parque Industrial Platah” en Villa de Tezontepec, y la “Terminal Intermodal Logística de Hidalgo” en Atotonilco de Tula; continúa impulsando Ciudad Sahagún, promueve la expansión de la industria Cementera de Tula, Atotonilco de Tula, Santiago de Anaya y Huichapan; el establecimiento de más industrias en Tizayuca; el desarrollo de nuestras regiones agrícolas, ganaderas y forestales; los balnearios de aguas termales, y muchos otras…

Cuenta con importantes tesoros culturales, artísticos e históricos de trascendencia internacional, que al ser únicos en el mundo, deben ser parte del proyecto “Pachuca Ciudad del Conocimiento y la Cultura”, porque permiten entender la identidad y trascendencia del ser humano y muestran de dónde venimos, pero sobre todo, hacia dónde debemos ir.

Destacan el “Exconvento de San Nicolás de Tolentino”, importante ejemplo del arte novohispano del siglo XVI; el “Acueducto de Padre Tembleque”, recién declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; la losa pictórica más grande del planeta, diseñada por el hidalguense Byron Gálvez  titulada “Homenaje a la Mujer del Mundo”, en el “Parque Cultural Ben Gurión en Pachuca”; nuestros Pueblos Mágicos, entre otros tesoros.

Hidalgo tiene condiciones de seguridad ciudadana y estabilidad social; Universidades e Instituciones de Educación Superior, públicas y privadas; presta servicios de salud pública en todas las regiones del Estado; y sobre todo, tiene la determinación de superar el atraso y marginación que todavía sufren muchos hidalguenses.

Con estos elementos, propongo se gestionen para Hidalgo, los beneficios propios de una Zona Económica Especial, para potenciar los vínculos económicos del centro del país, con el resto del territorio nacional; contribuir a generar empleos; promover la transformación productiva; y desarrollar las capacidades tecnológicas, empresariales y gerenciales, que eleven la productividad, la creatividad y el valor agregado nacional.

Agenda

  • El Presidente Peña Nieto firmó el “Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, Tratado de Comercio Multilateral TPP”, bloque económico que fortalece la inserción de estrategias económicas, fundadas en la sustentabilidad, para la competitividad internacional.
  • Al inaugurar la Semana Nacional de Transparencia 2015, el Presidente Peña Nieto destacó que “…transparencia y democracia van de la mano. Forman un binomio indisoluble; se complementan y fortalecen entre sí. La transparencia permite que las sociedades estén más informadas y vengan mejores elementos para decidir en democracia”.

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