El pasado miércoles 26 de agosto el Colectivo por un Presupuesto Sostenible (www.colectivopeso.org) presentó en senda rueda de prensa, una síntesis del trabajo que ha venido realizando desde hace cuatro meses. El Colectivo lo conforman nueve organizaciones de la sociedad civil, plurales y con enfoques metodológicos muy heterogéneos. Lo notable es que desde la diversidad, se entendió que la sociedad civil tiene que adoptar un rol preponderante en la construcción de un sistema fiscal que cumpla con las expectativas de la población, fomente el desarrollo, sea transparente y, sobre todo, sostenible en el mediano y largo plazos. Sin esta última condición, cualquier discusión se limitaría al terreno de las buenas intenciones.

Se elaboraron dos documentos torales que esperamos sean el punto de arranque de una reflexión profunda durante los siguientes meses. El primero de ellos tiene que ver con varias consideraciones puntuales sobre el gasto público y la necesidad de consolidar los ingresos del gobierno. El segundo, que vamos a discutir en este espacio, es la necesidad de fortalecer las capacidades técnicas del Congreso en materia de finanzas públicas.

Existen actualmente tres instancias en el Congreso con una vinculación directa a temas de finanzas públicas. Se trata del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), radicado en la Cámara de Diputados; la Dirección de Finanzas del Belisario Domínguez que sirve al Senado; y la Unidad de Evaluación y Control (UEC), dependiente de la Comisión de Vigilancia en la Cámara de Diputados.

La UEC pudiera ser el instrumento idóneo de la Cámara de Diputados (que aprueba el presupuesto de egresos) para monitorear los cambios que la Secretaría de Hacienda haga al presupuesto aprobado durante su ejercicio. Además de informar a la Comisión de Presupuesto, podría coordinarse con las comisiones involucradas por las funciones de gasto afectadas y que éstas dieran su aprobación bajo ciertos parámetros. De esta manera se preservarían las potestades de la Cámara de Diputados (aprobar el presupuesto), conservando la flexibilidad del Ejecutivo para ejercer el gasto.

La inminencia de una reforma fiscal a fondo que revise la estructura del gasto público y consolide los ingresos del gobierno mexicano, puede ser un marco natural para mejorar el diseño institucional del país en materia de finanzas públicas desde una perspectiva sistémica. México no cuenta actualmente con un consejo fiscal. Dicha instancia debiera cumplir con dos objetivos primordiales: auxiliar de manera apartidista y técnica a los legisladores en la elaboración de los presupuestos de cada año y velar por la salud del sistema fiscal bajo un enfoque de sostenibilidad. Tendría que evaluar los ingresos, gastos y deuda del gobierno federal, tanto en el corto plazo, como por medio de proyecciones de largo plazo que pudieran dar certidumbre a todos los actores sociales.

El lugar natural para un consejo de este tipo sería en el Poder Legislativo. Esto por dos razones, primero la necesidad de trabajar en conjunto con los legisladores. Segundo, a diferencia del Ejecutivo que en México y cualquier lugar del mundo debe enfrentar constantemente coyunturas de corto plazo, el Legislativo es un lugar más natural para ser un recinto de proyecciones a largo plazo, autónomas y que no dependan de vaivenes partidistas.

Con el afán de controlar burocracias en momentos donde la austeridad es sumamente necesaria, se pudieran fusionar el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas con la Dirección de Finanzas del Belisario Domínguez. La idea sería forma un organismo bicameral (quizá con una estructura administrativa similar a la del Canal del Congreso), que fuera descentralizado. Dicha instancia debe funcionar con autonomía respecto a los liderazgos en el Congreso y regirse por criterios técnicos que cumplan con estándares internacionales de primer nivel, tal y como hoy sucede con la Auditoría Superior de la Federación.

La Dirección de Finanzas del Belisario Domínguez ha demostrado que se pueden hacer grandes cosas con pocos recursos. El Centro de las Finanzas Públicas tiene un fuerte arraigo en amplios sectores sociales y una buena relación de trabajo con la Secretaría de Hacienda, que debiera ser preservada. Pensar en el mediano y largo plazos es indispensable para tener un sistema fiscal sostenible, difícilmente lo vamos a hacer sin un organismo especializado.

Director General de GESOC y Director General del CIEP

Fuente:El Universal