En la congruencia programática de partidos y electores, se construye el éxito de la democracia representativa. La proximidad política y su respuesta social, garantizan estabilidad y gobernabilidad en el cumplimiento responsable del servicio público.

La carencia de vinculación programática-institucional y la falta de proximidad entre partidos y electores, es el problema de fondo de la “Agenda Post Elecciones 2015”. En consecuencia, las relaciones de pertinencia entre partidos y candidatos electos, deben ser el sustento político de su coherencia orgánica, que al haber sido escrutada, pende de un hilo frente al descrédito ciudadano.

Disipar dudas y sombras sobre la calidad de la democracia y sobre las expectativas de cumplimiento del mandato ciudadano, es un imperativo irrefutable cuya atención no puede ser postergada. Esta es la tarea crucial para construir las oportunidades que el tejido social demanda, en un contexto que presenta una sensible desafección del ejercicio de gobierno.

Ha iniciado el verdadero reto político para los partidos y representantes electos. Deben, como principal objetivo, cumplir el mandato ciudadano y evitar refrendar la constante reinvención de la inequidad social. Es ocasión propicia para construir acuerdos y consensos fundamentales, donde la voluntad del pueblo no siga siendo prebenda electoral. Es tiempo para que las tareas del ejercicio de gobierno, no constituyan una aventura fallida y regresionista, reflejo de la incongruencia y el olvido de promesas electorales incumplidas.

No es usual ante el quebranto de la credibilidad y confianza ciudadana en un delicado escenario político-electoral, marcado por un entorno de violencia, criminalidad y confrontación con la disidencia magisterial, que el electorado haya respondido con un incremento en las expectativas de votación, que pasaron del 44% al 48%, del Padrón Electoral.

Empero, estos resultados no implican en modo alguno que el tejido social apruebe plenamente la gestión de la clase política, pues habrá que ponderar el hecho que en este proceso, participaron más partidos y concurrieron elecciones federales y locales.

Este escenario marca un nuevo golpe de timón. La próxima composición de la Cámara de Diputados, pese a la tendencia a la baja de las tres fuerzas mayoritarias del país, instaura la posibilidad de formar alianzas parlamentarias para concretar una mayoría absoluta que conformarían los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza, a los que seguramente se sumaría Encuentro Social, esto permitirá, sin obstáculos ni pretextos, consolidar la implementación y desarrollo de las reformas estructurales y la aprobación de las iniciativas legislativas que den respuesta a las demanda sociales del país.

Pensemos la “Agenda Post Elecciones 2015 desde la visión ciudadana. La responsabilidad de la Cámara de Diputados, impone no sólo transparentar su actuación, sino asegurar la rendición de cuentas para garantizar su credibilidad.

Asimismo, es momento de que la pericia de los diputados y sus comisiones, garanticen el cumplimiento de sus facultades, negocien y aprueben el Presupuesto de Egresos 2016, que por vez primera será con “Base Cero”; las leyes secundarias en materia de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; y las iniciativas en materia de Reforma Política, rumbo a las elecciones presidenciales de 2018, edificadas en un cuidadoso análisis del actual proceso que corrija las insuficiencias observadas al marco jurídico vigente. Estas son las grandes aristas inmediatas del desafío legislativo.

En el escenario político post-electoral, subsisten los problemas de legitimidad y confianza de la ciudadanía hacia la partidocracia y la clase política. El fenómeno de nulidad del voto, que cobró notoriedad, al igual que lo hicieron las candidaturas independientes, son una advertencia abierta de la ciudadanía, para no respaldar la naturaleza anómala del ejercicio público. En consecuencia, el mayor porcentaje de votación, debe ser apreciado como un respaldo a la democracia, más no a la clase política.

Hay que entender que estas anomias deben ser revertidas para extinguir el desinterés político y el abandono del tejido social por ser causales de la crisis de representación y resuenan en los oídos sordos de la partidocracia, al ser impugnadas por el voto nulo y las candidaturas independientes.

En este contexto, se debe terminar la indolencia en la concreción de necesidades ciudadanas desatendidas por las élites en el poder. Los trazos de las tareas post- electorales, no pueden ser prescritos como acuerdos de escritorio, ni en las cámaras ni en la clase política.

Significativamente, deben constituir un avance serio en materia de calidad democrática, donde la obligación del Estado de respetar en el quehacer público el valor del voto ciudadano, vincule sus acciones a la participación social, para legitimar la visión integral del ejercicio de poder público y trascender la inopia política que ha imperado.

Resulta preocupante el ascenso de las tensiones sociales. El Estado no puede sustraerse de lo ocurrido en estas elecciones intermedias. La desafección e impugnación ciudadana hacia el proceso político-electoral, evidencia el rechazo y pobre interés hacia las formas políticas, que durante el proceso electoral crearon un espectáculo callejero que evidencian la fragmentación del voto; condición que debe ser atendida por la clase política, ya que lo que sigue es la fragmentación del orden y la civilidad.

El desencanto ciudadano y su negativismo político, son una lección para que el ejercicio de la tarea pública, consustancial al grado de legitimidad, se ejerza con la aprobación del tejido social. Ello demanda la congruencia programática de la “Agenda Post Elecciones 2015”, así como unidad política y cohesión social, donde prime la responsabilidad en la concreción aspiracional de la ciudadanía; la reducción de la pobreza y la marginación; y el compromiso permanente de revitalizar la institucionalidad vigente.

Se tiene que disminuir la brecha de la desigualdad y la exclusión de los grupos vulnerables que sufren el deterioro de sus más elementales conquistas sociales. La sociedad debe percibir que impera una nueva conducta en la clase política, crisol de la esperanza de probidad cierta en la reestructuración del poder público.

Agenda

  • Se ha iniciado la etapa de impugnaciones a los resultados de la Jornada Electoral, esperamos que no resulte tortuosa ni obstruya las tareas para impulsar el desarrollo.

  • El Presidente Peña Nieto, participó en la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE), donde trató la reestructuración del Tratado de Libre Comercio.

  • En Milán, Italia, sostuvo un encuentro con el presidente del Consejo de Ministros y se reunió con el director general de la FAO, durante su 39 Conferencia. Aquí, los gobiernos y empresarios de todo el mundo se dan cita para promover propuestas sobre seguridad alimentaria, energía, tecnología, agricultura y diversidad y gobernabilidad.

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