El mejor antídoto contra el pesimismo sobre el futuro nacional es platicar con un compatriota regiomontano. Esa entidad de iniciativa e industria ahora se destaca por una sobreproducción de optimismo contagioso. En escala regional, la euforia por el triunfo de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León me remite a la embriaguez de esperanza que produjo la victoria de Vicente Fox hace 15 años. Sin embargo, de aquella fiesta el recuerdo más duradero fue la cruda. Sin proponérselo, Fox elaboró un detallado manual de instrucciones para desperdiciar capital político. El primer presidente de la alternancia recibió un país poblado de esperanza y dejó un México cínico y polarizado. El Bronco deberá leer el Manual de Fox para evitar ser un pésimo Ejecutivo y derivar algunas lecciones fundamentales para el futuro de Nuevo León.

1) Moderar expectativas. La promesa más recordable de Vicente Fox en su campaña electoral fue que con sus botas pisaría todas las tepocatas, alimañas y víboras prietas del sistema político. Sin embargo, el presidente panista puso su propio criadero de reptiles venenosos. Hoy el éxito o fracaso de El Bronco parece reducido a un sólo acto de autoridad: meter a la cárcel al gobernador Rodrigo Medina. La impunidad de los grandes transas de México tiene un sólido cimiento jurídico y el Sistema Nacional Anticorrupción aún está en pañales. Con un sofisticado equipo de abogados, especialistas en derecho penal y administrativo, el gober-Bronco debe revisar la validez jurídica de toda la evidencia disponible para llevar a su antecesor ante la justicia. Si las expectativas ciudadanas son mucho más grandes que los delitos comprobables, al Bronco lo puede amansar el lazo inclemente de la realidad.

2) No pactar impunidades. Vicente Fox le dio a Elba Esther Gordillo más poder e influencia que ningún gobierno del PRI. ¿Qué habría sido de la transición democrática si Vicente Fox lograba llevar ante la justicia, con cargos sólidos, a los corruptos más emblemáticos del antiguo régimen?

3) Mantener lo que sí funciona. Vicente Fox atacaba con sus discursos a los gobiernos priistas, pero hacía muy poco por combatir los verdaderos casos de corrupción. Esta oratoria pendenciera alejó a los buenos funcionarios de los gobiernos del PRI, pero dejó impunes a los malos. La Fuerza Civil de Nuevo León es la mejor policía estatal del país. El mérito de construir este cuerpo profesional de seguridad se le debe al liderazgo de la iniciativa privada, la presión de la sociedad civil y la ejecución de buenos funcionarios públicos como Javier Treviño, hoy subsecretario de la SEP. Rodrigo Medina tuvo el gran mérito de no estorbar. Mientras Nuevo León tenga frontera colindante con Tamaulipas, la amenaza del crimen organizado seguirá latente. El estado necesita construir y fortalecer instituciones de seguridad y justicia para que lo sufrido en 2010 y 2011 jamás vuelva a ocurrir.

4) Aprovechar el interregno. Fox desperdició ese dilatado espacio de tiempo entre la elección y la toma de posesión. El capital político no es como el dinero en el banco, si no se gasta, se pierde. El Bronco será gobernador constitucional hasta el próximo 4 de octubre, todavía faltan 112 días. En ese valioso tiempo se puede transformar en iniciativa de ley la propuesta de sociedad civil 3 de 3. Así Rodrigo Medina sería el último gobernador del estado que no haya publicado sus declaraciones de intereses, patrimonial y su demostración de pago de impuestos. Nuevo León sería un referente para otras entidades y para el país entero. El Bronco ya logró lo más difícil de imaginar: ganar una elección como candidato independiente. Ahora falta lo más difícil de hacer: construir un buen gobierno.

@jepardinas

Fuente: Reforma