La empresa española Obrascon Huarte Lain, mejor conocida por sus siglas OHL, acostumbra hacer favores ilegales para los políticos a cambio de obtener contratos multimillonarios de obra pública.

Por eso en España solía ser la contratista consentida de los gobernantes; hasta que el escándalo público y los jueces pusieron un alto a sus trapacerías.

Coincide el punto de máximo desprestigio de OHL en Europa con el momento en que el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, abrió las puertas para que esta constructora hiciera negocios en nuestro país.

En el año de 2006 Juan Madrigal Villamar Mir, presidente de OHL España, fue sentenciado a dos años de cárcel por haber cometido el delito de administración fraudulenta.

Entre otros pecados habría hecho donativos grandes para financiar campañas electorales con el propósito logrado de ganar contratos de obra pública.

Cuando esta información llegó ante los tribunales españoles, en el contexto del tórrido affaire Gürtel, la reputación de OHL se vistió toda de lodo. Fue entonces que sus directivos pusieron la mirada en América Latina y sobre todo en México.

De este lado del Atlántico los gobernantes mexiquenses recibieron con entusiasmo a los apestados. No hay injusticia si se afirma que se trató de la constructora preferida de Enrique Peña Nieto, cuando fue gobernador y después también.

Entre otras obras OHL construyó el Circuito Exterior Mexiquense, el Viaducto Bicentenario, la carretera Atizapán-Atlacomulco y el Aeropuerto Internacional de Toluca.

(Cabe decir que tanto Marcelo Ebrard como Rafael Moreno Valle, en el DF y Puebla, sucumbieron después a los encantos de esta empresa).

¿Dejó atrás OHL sus prácticas corruptas y fraudulentas en el viejo continente? ¿Se abstuvo de intercambiar favores privados por obras públicas en México? ¿Invirtió en alguna campaña electoral? ¿Hizo regalos a los funcionarios responsables de asignar contratos multimillonarios?

Afirma Luis Miguel González, director de El Economista, que sólo por concepto de peajes carreteros esta empresa española ingresa en México 4 mil 400 millones de pesos anuales, y que todos los años esa cifra crece en un 25%.

Desde diciembre de 2012, la filial mexicana de OHL ha acumulado contratos federales por un monto que se aproxima a los 66 mil millones de pesos: 26 mil millones en obras de infraestructura y 40 mil millones en obras requeridas por Petróleos Mexicanos.

Una serie de grabaciones divulgadas por el medio español El Confidencial —que de tiempo atrás ha investigado con lupa los casos de corrupción, fraude y cohecho de OHL— ampliaron recientemente las sospechas que ya pesaban sobre la relación inconveniente entre sus directivos y los funcionarios públicos mexicanos.

José Andrés de Oteyza, director en México de esta transnacional, se defendió con el argumento más sobado: que las grabaciones son ilegales y que están manipuladas.

Sin embargo, algo deben contener de veracidad para que el gobernador Eruviel Ávila haya encargado auditar los contratos de concesión del Viaducto Bicentenario.

Al parecer el nervio de los accionistas también dio crédito a la información divulgada: una vez que se dieron a conocer las grabaciones los títulos públicos de OHL sufrieron un embate rudo en bolsa.

Pero hasta ahora, en México, este lodo sólo se remueve en la prensa.

ZOOM: ¿Cuántos escándalos más de corrupción y conflicto de interés, ligados al Edomex, nos esperan en las planas de los diarios nacionales y extranjeros? Como sí sucedió en España, ¿llegará alguno de ellos a los tribunales mexicanos? ¿Cuándo?

Fuente: El Universal