“Veo un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley, quienes deberían de servirla”: Luis Donaldo Colosio (hace 20 años)
Alejandro Salvador Cruz Pimentel.*
Ante la tragedia sucedida en nuestro estado vecino, Guerrero, ni duda nos queda que existe crisis en el modelo de democracia representativa. La desconfianza, el hartazgo y el cansancio de la ciudadanía han quedado demostrados. Dónde quedó el gobierno local, dónde quedó el gobierno estatal, dónde quedó la izquierda progresista, dónde quedó el acompañamiento del gobierno estatal, dónde quedaron las prácticas democráticas y el acercamiento a la ciudadanía, dónde quedó el PRD. Han dejado en claro la opacidad con que se manejan los partidos políticos, han dejado en claro que son entes públicos que se comportan como privados frente la ciudadanía, han dejado en claro que la corrupción los alcanzó, han dejado en claro que quién tenga más dinero podrá ser ungido como su candidato, han dejado en claro que quién aporte más recursos será el beneficiario posterior de la obra pública y han dejado en claro, que ante una violación a los derechos humanos, se deslindan y dejan a la deriva a los ciudadanos.
La Dra. Denise Dresser, catedrática del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) nos señala en su libro “El país de uno”, que la numeralia de lo que nos cuestan y gastan los partidos revela un sistema político que en aras de promover la equidad, ha producido una democracia de alto costo y bajo rendimiento. Una democracia con partidos blindados ante los costos de las crisis, blindados ante los despidos de personal, blindados ante los planes de austeridad y los recortes presupuestales. Continua, partidos a los cuales se les ha garantizado una bolsa enorme de dinero público que solo crece con el paso del tiempo, porque su financiamiento está vinculado al padrón no al desempeño. Partidos cerca del botín que se reparten y lejos de la ciudadanía; cerca de privilegios que quieren preservar y lejos de los incentivos para sacrificarlos. Otorgándose altos salarios, fiestas fastuosas, aguinaldos inmensos, exenciones amplias, cónclaves en las mejores playas. Concluye, hoy en México la democracia no significa igualdad de oportunidades para contender, sino igualdad de oportunidades para abusar.
Todos estos señalamientos que compartimos más de uno, ha colocado a los partidos políticos como sujetos obligados de la transparencia y el acceso a la información. Ya no podrán desempeñarse en una lógica de entes privados, ya se volvió inadmisible e insostenible la opacidad en el manejo de los recursos de todos nosotros.
La reciente Reforma Constitucional en materia de transparencia publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 7 de febrero pasado. Ya contempla como sujetos obligados a los partidos políticos, a los chiquitos y a los grandotes. Resolverá la triangulación actual respecto a la transparencia y acceso a la información – CIUDADANO – IFE – PARTIDOS -. Con esta Reforma estaremos en condiciones de preguntar y conocer cuánto gastan los grupos parlamentarios; podremos conocer el método de selección para ungir a los candidatos, para que al rato no salgan con el “yo no fui, yo solo me tome una foto”; podremos solicitar el destino de los recursos que manejará el responsable de las finanzas en cada partido; podremos conocer la nómina de los partidos para evitar otro bochornoso y lamentable caso de las edecanes y otra importante; de donde proviene y a cuánto asciende su financiamiento a las campañas. Esta reforma cambiará la lógica de administración y organización interna de los partidos. El nuevo IFAI ya es una autoridad superior sobre ellos por estar envestido como un Órgano Constitucional Autónomo.
Hablando de Oaxaca, nuestros dirigentes estatales de los partidos han dejado pasar este lamentable hecho para fijar su posicionamiento respecto a la manera de blindar a sus partidos de personas non gratas o de vínculos con la delincuencia organizada. Ha sido lamentable su silencio, cómo si Oaxaca no compartiera similitudes con Guerrero, cómo si Guerrero estuviera muy lejos, cómo si en Oaxaca no se sintiera el hartazgo hacia ellos. El deslinde silencioso ha prevalecido en estos señores feudales; su afonía los delata, no hay quien tire la primera piedra.
Los ciudadanos tendremos que exigirle más a los partidos políticos, ocupan un lugar preponderante en el funcionamiento de nuestra incipiente democracia y de nuestra fracasada alternancia. La coalición de partidos, aunque funcionó electoralmente, en su desempeño, solo empeoró nuestra democracia participativa. Por eso es deseable que se transparenten para que tengan legitimidad, lo irremediable ya sucedió, la transparencia y el acceso a la información ya alcanzaron a los partidos políticos. La Ley General que está próxima a conocerse, plasmará a nivel nacional, los mecanismos para abrir la información de los partidos políticos. Dicen que viene progresista.
*Consejero Consultivo de la COTAIPO
Tuiter: @acruzpi