El Congreso mexicano terminó la reglamentación de la iniciativa ciudadana y de la iniciativa preferente, al dar el visto bueno definitivo a las reformas legales indispensables para que funcionen estas figuras jurídicas.

La Cámara de Diputados aprobó este miércoles los últimos cambios planteados por el Senado, con lo que la legislación fue enviada al presidente Enrique Peña Nieto para que la promulgue, informó el propio órgano legislativo en un comunicado.

Entre otros puntos, las reglas aprobadas establecen que una iniciativa ciudadana requerirá el respaldo de al menos el 0.13% del electorado para poder ser recibida por alguna de las cámaras del Congreso.

Ese porcentaje equivale a alrededor de 100,000 personas, cuyos datos tendrán que ser validados por el nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) en un plazo de hasta 30 días.

Una vez que una iniciativa ciudadana sea aceptada, será turnada a comisiones y un representante de los promotores podrá acudir a las sesiones para participar en la dictaminación. Sin embargo, su opinión no será vinculante.

En cuanto a la iniciativa preferente, el principal punto aprobado fija los plazos para que ese tipo de propuestas sea discutido en el Congreso.

Las iniciativas preferentes son aquellas dos que el presidente puede enviar al Poder Legislativo al inicio de cada periodo ordinario de sesiones y que cada cámara está obligada a votar en breve…

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