El ambiente mundialista de fútbol, ayer pudimos palpar en el Azteca, que ya está aquí. Por cierto asómense al proyecto #GolesporlaTransparencia donde el pretexto es el fut, pero lo verdaderamente importante es socializar la cultura de la transparencia.

Brasil 2014 viene en México con la sospecha de que nuestros representantes en el Congreso de la Unión discutirán las leyes secundarias en materia energética y de telecomunicaciones. Dicen los “sospechosistas” que lo harán durante el mundial porque así la gente está distraída y no protestará.

Pero la verdad es que con mundial o sin mundial parece que el grueso de la gente está más preocupada en sobrevivir que de estas importantes decisiones. Y claro si se distraerán con algo no será con los sesudos debates de nuestros parlamentarios a través del Canal del Congreso, que para empezar no tiene señal abierta, es decir cobertura nacional; sino con el futbol que pasará por los principales canales del duopolio televisivo más otras tantas televisoras en el sistema de cable.

Con mundial o sin mundial la suerte parece estar echada con las leyes mencionadas que corresponden a la reformas constitucionales correspondientes que de por sí ya tienen retraso, es decir la energética y la de telecomunicaciones. Pero no así las de transparencia. Bueno hasta parece que nadie se acuerda de ellas.

Cierto que la Conferencia Mexicana para el Acceso a la Información Pública (COMAIP), ha realizado foros para discutir las leyes en materia de acceso a la información y de protección de datos personales (les faltaría en materia de archivos), pero nada más. Encuentros que por cierto poco, para no decir que nada, trascienden el círculo de la propia COMAIP. Y al parecer no han ido acompañados de un cabildeo necesario.

Indudablemente en la materia, la coyuntura y los transitorios de la propia reforma constitucional obligaron a darle prioridad al nombramiento del Pleno del IFAI, que hemos comentado aquí en colaboraciones anteriores, tema sobre el que volveremos porque muchas dudas nos dejan las calificaciones que otorgó el Comité de expertos que acompañó el procedimiento de designación; información que puede checar aquí por si les interesa. Debo decir que dicho link me fue proporcionado directamente por la Senadora Arely Gómez a través de twiter.

Pero regresando al tema de hoy, parece estar claro que muy probablemente junio y julio (a pesar del mundial, incluso que la promesa del “piojo” Herrera se cumpliera y el tri llegara a cuartos de final) se agoten con el tema de las polémicas secundarias multicitadas; dejando las de transparencia para después.

¿Y cuándo es después? Pues no se trata de ser pesimistas pero tendrían que ser programadas para el periodo ordinario que inicia en septiembre y termina en diciembre. Porque igual que en el caso de la ley secundaria en materia de telecomunicaciones las de transparencia están en riesgo de querer ser utilizadas por el oficialismo, es decir Peña Nieto y el PRI, para retroceder lo avanzado en la reforma constitucional.

Pero seamos un poco optimistas y digamos que antes de que termine 2014 habrá leyes generales sobre el Derecho de Acceso a la Información (DAI), sobre el Derecho a la Protección de Datos Personales (PDP) y sobre archivos. Lo que significa, y esto es realmente la preocupación para quienes vemos el problema desde lo local, que en los estados se tendría todo el 2015 para adecuar sus leyes.

Y la preocupación será entonces qué tanto las elecciones federales estorbaran estos procesos legislativos en las entidades federativas.

Aunque el tema, desafortunadamente no quedará ahí, ya que implementar dichas leyes, en caso por ejemplo de que el órgano garante, se tenga que ajustar, nos habla de que la reforma constitucional estará aterrizando en los estados casi dos años después. Qué habrá pasado política y socialmente en México durante ese tiempo que no haga que esto sea un desfase es una pregunta igual ineludible.

Ni modos, se dirá. Eso es lo que nosotros llamamos tortuoso de la democratización mexicana.

Pues las cerezas no maduraron como quería mi amigo Agustín Millán, quien con su gran entusiasmo decía que las dichosas leyes estarían para abril o para mayo.

Pero no perdamos la fe, no nos desanimemos. Más fueron los años del Priato en que se incubó la cultura de la opacidad que no quiere abandonarnos.

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