“Inteligencia institucional, prevención, innovación y la promoción de una cultura nacional de combate a la corrupción”, son algunas de las características que propone la Red por la Rendición de Cuentas (RRC) para el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), próximo a aprobarse en la Cámara de Diputados .

Tras reconocer que la corrupción se ha convertido en el fenómeno más controvertido de este sexenio, que afecta todas las políticas públicas y mina la confianza social hacia todos los poderes y los actores políticos. La RRC planteó en un documento los principios y las características que debe tener el SNA.

Entre las características destacan: recuperar la experiencia institucional del país en esta materia; establecer una interacción entre los tres poderes del Estado, los órganos autónomos y los gobiernos locales; conformar un sistema que actue sobre los gobiernos federales, estatales y municipales; se apoya en un sistema de pesos y contrapesos institucionales; no solo castigará actos de corrupción, modificará las causas que lo propician.

Para lograrlo la RRC considera que es necesario reformar la constitución y expedir  nuevas leyes generales y secundarias en materia de corrupción, fiscalización y control interno.

El SNA debe partir de la idea de que es necesario atender las causas de la corrupción y no sólo sus efectos, de esta manera se evita encarar a la corrupción desde una visión exclusivamente punitiva e individual, a fin de evitar generar “vacunas sociales” que la acaben normalizando.

Debe existir un diseño de inteligencia institucional para corregir las causas de la corrupción, pues de esa manera se podrán detectar y atajar las oportunidades de captura y desviación de recursos y decisiones públicas, a partir del registro de casos y sobre evidencia acumulada.

El SNA requiere de un entramado de pesos y contrapesos entre las instituciones que combatan a la corrupción, para de esta manera darle una visión de largo aliento y así reforzar la eficiencia de esas instancias.

EL SNA propuesto por la Red de Rendición de Cuentas estaría compuesto por cuatro instituciones fundamentales: la Secretaría de la Función Pública, recuperada y fortalecida, no solo sancionaría faltas administrativas, también tendría que promover la innovación institucional.

La Auditoría Superior de la Federación, a la cual se le debe dar autonomía y que rompa los principios de anualidad y posterioridad, que hoy le impiden actuar sobre los ejercicios fiscales en curso.

Dos instituciones nuevas serían la: Fiscalía Especializada en Materia de Corrupción, sería la responsable de investigar, integrar los expedientes y representar a la sociedad ante el Poder Judicial de la Federación, en los casos donde se presuma un delito de corrupción.

El Tribunal Federal de Cuentas es una nueva institución y constituiría una pieza central del SNA,  sería autónomo, integrado por un cuerpo colegiado central y por salas regionales en el que desembocarían todos los expedientes de presunta corrupción grave documentados por los órganos de control interno y de fiscalización de todo el país.