Ocurre en la vida cotidiana, basta que alguien tenga una ocurrencia, buena incluso, la acuñe en palabras para que en una especie de “efecto loro” todo mundo la repita acríticamente.

Esto no sería lamentable si no se tratara en mucha ocasiones de temas cruciales para la democratización de México como la transparencia. La experiencia que tuve como Comisionado del órgano garante del Derecho al Acceso a la Información Pública (DAIP) y la Protección de los Datos Personales (PDP) en Tlaxcala me permite asegurar lo que señalo en el párrafo anterior. Escuché muchas veces en foros y conferencias magistrales expresiones como “lenguaje ciudadano”, que siendo serios no dice nada realmente significativo, es más bien un eufemismo que se refiere a un lenguaje claro y entendible en contraposición a uno lleno de tecnicismos propio para los especialistas.

Por eso es que recientemente me he preocupado ya que de repente todo mundo en los círculos de los Comisionados o Consejeros de los órganos garantes del DAI y la PDP en el país agrupados en la Conferencia Mexicana para el Acceso a la Información Pública (COMAIP, de los que en diciembre pasado un compañero, entonces Comisionado también, me decía que su acompañante al evento en el que estábamos opinaba críticamente que estos funcionarios se sentían “paridos por Zeus”) empezaron a llenar sus discursos con una entidad inexistente que denominan “Sistema Nacional de Transparencia”.

Entonces pregunto, tratando de propiciar un debate serio sobre ello, qué entienden por ese sistema, porque en ninguno de los artículos reformados en la Constitución en la materia, se menciona siquiera.

De hecho esta reflexión me la motiva un debate a través de twitter, en el que cuestionaba precisamente que el Comisionado Javier Acuña en su artículo de opinión en El Universal señalara necesaria una “reunión nacional de jefes de unidades de enlace de los sujetos obligados federales y locales con el IFAI.” Y Agustín Millán propusiera que “El Sistema Nal de Transparencia debe incluir a las Unidades de Enlace como actores estratégicos” Y fue entonces cuando hice la pregunta necia de “En qué documento está definido el “Sistema Nacional de Transparencia” y provocadoramente formulaba igual si no era una entelequia.

Entonces mi amigo Millán, que valga decir siempre está abierto a la discusión, me remite al Dictamen del Senado y me da amablemente la liga.

Yo recuerdo con claridad que dicha idea se la escuché por primera vez a Miguel Castillo, ex comisionado en Yucatán y considero que es una buena idea, pero hasta ahora no conozco una elaboración o reflexión por escrito que la delinee por lo menos en términos generales. Por lo que me parece necesario que deje de ser solo una frase que adorne un discurso de Comisionado del IFAI.

Y con ese ánimo es que nuevamente he revisado el Dictamen del Senado y encuentro que sólo en dos ocasiones se menciona un “Sistema Nacional de Transparencia” y es en la iniciativa que presentó la Senadora Arely Gómez a nombre de las fracciones parlamentarias del PRI y el PVEM. En cuyo punto 2 (página 32) se propone efectivamente un “Sistema Nacional de Transparencia” en poco menos de dos cuartillas y media de donde podemos extraer las siguientes líneas puesto que no consideramos que ahí haya como tal una definición de dicha hipotética entidad pero quizá sí una línea general: “Propone(r) las bases para la coherencia, congruencia y unidad de los principios, bases y procedimientos aplicables en materia del derecho de acceso a la información y la protección de datos personales en todo el país,” Todo ello mediante las Leyes Generales para el DAI, la PDP y en materia de archivos. En la página 40, dentro de la propuesta número 8 de la iniciativa priista se dice que debe “regularse la coordinación” del IFAI “y de manera más amplia, todos los órganos que integran el sistema nacional de transparencia y acceso a la información, con la Auditoria Superior de la Federación, el Archivo General de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, todas instituciones cabezas, respectivamente, del Sistema Nacional de Fiscalización, del Sistema Nacional de Archivos y del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica. Estos mecanismos de coordinación, deben permitir una mejor articulación de las políticas y acciones que cada organismo realiza en sus respectivas esferas de competencia y con ello coadyuvar a una mejor rendición de cuentas en el Estado Mexicano.”

Pero es la propuesta del PRI, no necesariamente el acuerdo del legislativo en pleno.

Aunque siendo tolerantes me parece que se puede tomar como referencia para que el Sistema Nacional de Transparencia, deje de ser una entelequia y se convierta en una importante realidad. Por lo que pienso que en el seno de la COMAIP, con su espíritu de respeto entre órganos iguales en derecho pese a las diferencias, deben firmarse las Bases Generales de Coordinación para concretizarlo.

Y como no hay que rendirle culto a la virgen del hilo negro (perdón pero esta adecuación del clásico refrán me gusta más) considero que se puede tomar como ejemplo el caso precisamente del Sistema Nacional de Fiscalización y sus bases, firmadas en octubre de 2012.

Propongo por lo tanto, aunque sé que no tengo voz y menos voto, que uno de los puntos del orden del día de la próxima Asamblea Nacional de la COMAIP sea la aprobación de un acuerdo en este sentido. Es más tratando de controlar la emoción pienso que la creación de este Sistema Nacional de Transparencia puede ser la respuesta a la constante en ese conglomerado de cómo institucionalizar o formalizar su existencia y dejar de ser “un club de amigos” como en su arranques de sinceridad la llegaba a denominar Oscar Guerra Ford.

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