El Pentágono reveló este viernes 198 fotos que demuestran, según la organización que lleva batallando por publicarlas desde hace más de una década, los abusos a los que el Ejército de Estados Unidos sometió a prisioneros en Irak y Afganistán en la era del gobierno de George W. Bush.

Las imágenes muestran sobre todo marcas de golpes, heridas en manos, pies y cabeza, así como magulladuras en zonas como la espalda de los presos. Algunas también revelan a presos maniatados y con los ojos tapados en el momento de su captura. Tanto por la calidad de las imágenes como por la escasa información que les acompaña, resulta difícil valorar la magnitud de los abusos cometidos.

Y ahí está precisamente el problema. ACLU, la organización defensora de libertades civiles responsable de que ahora se conozcan estas 198 imágenes, llevaba demandando ante los tribunales su publicación desde 2004. Pero aunque celebró el paso dado este viernes por el Pentágono —a regañadientes y tras muchos reparos— subrayó que todavía quedan 1.800 fotografías más que el Departamento de Defensa se niega a revelar y que podrían aclarar la magnitud de los abusos y hasta qué nivel de mando eran conocidos.

“Más importante que la publicación (de este primer paquete de fotos) es el hecho de que hay cientos más que siguen retenidas”, dijo el subdirector legal de ACLU, Jameel Jaffer, en un comunicado. Según subrayó, las fotos que aún se mantienen clasificadas “constituyen la mejor prueba de los graves abusos que tuvieron lugar en centros de detención militares”…

Nota completa en: El País