El Comité Técnico de Expertos que asesoró al Instituto Nacional Electoral (INE) para la elaboración de la Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023 presentó sus conclusiones, con un llamado al organismo y a los partidos a enfrentar la crisis de credibilidad y de confianza en las instituciones que vive el país, con acciones que trasciendan lo electoral.

No puede seguirse la rutina institucional  como si sólo la organización técnica de las elecciones fuera lo sustantivo, “no es la lucha por el poder a través de las elecciones lo único que importa para la construcción democrática de México”, expuso el académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Mauricio Merino.

El también miembro de la Red por la Rendición de Cuentas e integrante del Comité de Expertos señaló que el país vive un problema de enorme magnitud y por eso el objetivo central de la ENEC es crear las condiciones necesarias para que las y los ciudadanos se apropien del espacio público en un sentido amplio y, con ello, contribuir al fortalecimiento de la cultura democrática en todos los órdenes.

La propuesta fue presentada en la Comisión de Capacitación y Educación Cívica, discutida de manera inicial por los partidos políticos, para ser aprobada más adelante, y llevarla a votación del Consejo General del INE, en octubre.

Prevé 3 ejes generales y 8 líneas de acción. Los ejes que integran el núcleo duro de la política pública son mucha verdad (información, datos, apertura); mucho diálogo (debates, foros, encuentros); y mucha exigencia (todos los grupos y organizaciones sociales haciendo valer todos sus derechos).

Además, a diferencia de otras ENEC que en su tiempo aplicó el hoy extinto Instituto Federal Electoral (IFE), la estrategia propuesta propone un mecanismo de seguimiento y gobernanza para evaluar cómo va su aplicación y eventualmente modificarla.

El Comité, integrado por Merino y Lourdes Morales, del CIDE y coordinadora de la Red por la Rendición de Cuentas; Roberto Gutiérrez López, de la UAM; María Fernanda Somuano, del Colegio de México, y Francisco Valdés Ugalde, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

En entrevista, Merino deseó que no sólo el INE y los  Organismos Públicos Electorales Locales (OPLS), sino los partidos e instituciones públicas (SEP, Segob) asuman la estrategia, pues todos son corresponsables de la crisis.

“Los partidos son corresponsable de esta crisis todos sin excepción y todos ellos van a competir por el poder presidencial en el 2018 y no reconocer que los ciudadanos se han venido alejando de los espacios democráticos y no reconocer que habrá una distancia cada vez mayor entre las personas y las propuestas que hacen todos los partidos sin excepción, sería darse un disparo a los pies”, expuso.

Yo creo –agregó– que el régimen de partidos no han estado a la altura de la exigencia democrática de México “pero tienen una oportunidad  todavía vigente de ir al 2018 con una mirada mucho más comprometida a favor de la democracia y no en contra de ella”.

Sobre la participación que deberán tener la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Gobernación (Segob) en la aplicación de la ENEC, Merino deseó “ojalá se sumen en lugar de pretender usarla para volver a corromperla para propósitos electorales”.

NO HAY RECETAS

Los académicos Roberto Gutiérrez y Francisco Valdés, del Comité de Expertos, subrayaron que la ENEC debe ser vista como un todo o será “una estrategia fallida”.

Los representantes del PRD, Silvia Reza,  Jaime Castañeda, de Morena, y Ernesto Guerra, de Encuentro Social (PES) destacaron sus dudas sobre cómo hacer permear la ENEC con lineamientos genéricos, en un contexto de profunda desigualdad social y con elementos que permitan seguimiento y la hagan medible.

Merino Huerta expuso que se podría suponer que para llegar a la democracia primero tendríamos que llegar a la igualdad social.

Pero “si nos condenáramos a primero resolver la igualdad para poder aspirar a la democracia pues no habría democracia en ningún país con altas cuotas de desigualdad”, expuso.

La académica Lourdes Morales, del CIDE, expuso que la ENEC son actividades básicas que pueden ser extendidas en todos los rincones del país y pueden ser incluyentes, por eso no se mencionan grupos específicos (migrantes, recurrencia de feminicidios o comunidades indígenas).

Esta estrategia, expuso Gutiérrez, se hace cargo de la enorme complejidad sobre las causas de los problemas y debilidades estructurales de la democracia, (entre ellos la desigualdad social, por ejemplo) pero una ciudadanía activa, consiente de sus derechos, que sabe lo que puede exigir, sabrá abonar para que las brechas de desigualdad se reduzcan.

La experta Sumoano destacó que el cambio cultural es difícil de medir, pero se prevé monitoreo,  seguimiento y evaluación de la ENEC y qué le tocaría a cada actor hacer.  Si es eficaz o no, se podría modificar, agregó Gutiérrez.

Por su parte Valdés expuso que la ENEC “no es una quimera o una propuesta utópica”, pero “hay que aplicar toda la estrategia, no partes de ella”. No son propuestas burocráticas sino una estrategia de política pública, indicó Merino Huerta.

Con información de: El Universal