Por Rocío Ventura Díaz

Las Entidades de Fiscalización Superior (EFS) tienen grandes retos por delante, como lograr que la actividad de los gobiernos sea transparente, íntegra y que evite que malos manejos queden impunes, coincidieron expertos en la mesa “Alcances de las entidades de fiscalización para el ejercicio de derechos”, durante el Seminario Internacional: “Diseño de Política Pública de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción”.

Víctor Andrade, Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Auditoría Superior de la Federación, señaló que hacia las EFS existe una cada vez mayor expectativa de la población de sentir que puede contar con un Estado que genere confianza. Para ello, es necesario romper la dinámica en la que el ciudadano culpa al gobierno en general de todos los males, condenando en bloque a todas las instituciones, sin distinguir una de otra. Es indispensable cambiar esta percepción, dijo Andrade, y señaló que el resentimiento social no puede ser el punto de partido de un cambio y tampoco se puede reducir a una sola causa los problemas que nos afectan.

El mayor obstáculo al que nos enfrentamos es al de la corrupción, la cual no es únicamente ejercida por las instituciones, sino que tanto sociedad civil como las instituciones intercambian el papel de corrupto y corruptor. Para evitar esto es necesario el establecimiento de sistema efectivo de rendición de cuentas. Al contrarrestar las inercias que propician desviaciones se estaría dando el inicio de una relación de confianza. El gobierno se tiene que legitimar, pero ya no sólo en las urnas, sino en sus acciones; y para que esto sea posible, es fundamental que su actividad sea transparente, íntegra y que evite que malos manejos queden impunes.

Estas son las aportaciones fundamentales de las entidades de fiscalización superior. Es necesario edificar estructuras institucionales que se dediquen a promover medidas preventivas para evitar prácticas irregulares. Un gobierno escrutado y responsable frente a una sociedad civil participante es lo que genera ciudadanía, concluyó Andrade.

En su participación, Sharon Clark, Directora de la Oficina de la Auditoría General de Canadá, añadió que las entidades de fiscalización superior deben de ser imparciales e independientes: no debe de existir ninguna relación con la parte del gobierno que está siendo auditada.

Al respecto, Ramiro Mendoza, Contralor General de la República de Chile, señaló que por desgracia la confianza en los gobiernos está a la baja y el índice de transparencia es malo.

Según el contralor de Chile Ramiro Mendoza, las entidades de fiscalización superior deben de contar con estas características: Confiabilidad, capacidad de respuesta, imparcialidad, apertura e inclusión e integridad. “Para aumentar el nivel de gobernabilidad se requiere de transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana y probidad”, agregó.

Sebastián Pilo, Coordinador de la Iniciativa Transparencia, Participación y Accountability en Organismos de Control en Latinoamérica (TPA-ACIJ), explicó que la rendición de cuentas social es una obligación de los poderosos y un derecho de los débiles. Pilo coincidió en que es necesario promover la transparencia y participación ciudadana en organismos de control. Y añade que para que eso se haga desde un lugar de legitimidad, las propias entidades e fiscalización tienen que ser transparentes.

Para Pilo, las entidades de fiscalización tiene que cumplir 3 tareas: 1) Prevenir y detectar desvíos, combatir corrupción; 2) Mejorar el modo en el que el gobierno rinde cuentas y 3) Adquirir un rol proactivo en el fortalecimiento de la democracia. Para esto tienen que ser eficaces en el control técnico en su gestión, empoderarse a sí mismas, ser protagonistas del debate público concluyó Pilo.

Los trabajos del IV Seminario organizado por la Red por la Rendición de Cuentas continuarán durante el martes 21 de octubre en el Hotel Camino Real Polanco de la Ciudad de México.