La preocupación con que la comunidad mexicana en California vive los hechos de Ayotzinapa, Guerrero, alcanzó este lunes el máximo nivel institucional con una resolución del Senado de California que condena la desaparición y muerte de 43 estudiantes de magisterio de una escuela rural. La resolución, presentada por el senador Ricardo Lara y aprobada por unanimidad, coincide con las audiencias en el Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre un caso que ha conmocionado México y ha puesto la violencia de ese país en el foco internacional.

“California se une a la comunidad internacional en expresar su preocupación por las violaciones de derechos humanos en México y en todo el mundo”, dijo Lara en un comunicado. “Al menos 43 jóvenes vidas se han perdido por defender aquello en lo que creían y sigue habiendo muchas preguntas sobre cómo desaparecieron. Urjo al Gobierno mexicano a apoyar un diálogo entre la comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos para hacer reformas en derechos humanos que protejan la libertad de expresión y elimine cualquier tipo de represión contra personas por expresar sus opiniones”.

La resolución fue presentada el pasado 1 de diciembre, tras la rueda de prensa en la que el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, dio por muertos a los estudiantes y reveló escalofriantes detalles de cómo habían sido ejecutados, quemados, y arrojados a un basurero, según su investigación.

Los puntos básicos de la resolución, como fue presentada, condena la desaparición y muerte de los estudiantes como “una violación de los derechos humanos”, ofrece su apoyo “a todos aquellos que en México alzan la voz por los derechos humanos y por la justicia contra la corrupción y la violencia” y urge al Gobierno de México a “apoyar un mayor diálogo entre la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, (…) sobre reformas en materia de derechos humanos”.

La resolución cita a José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para Latinoamérica, quien dijo que la matanza de Iguala era “la mayor atrocidad que he visto en México en años, pero no son hechos aislados”. HRW ha puesto en duda la versión oficial de la matanza…

Nota completa en: El País