Por Alejandra Galván

En nuestro país, en el ámbito federal, la lógica de planeación permea todas las rutinas de la administración pública y todos las acciones de gobierno son justificadas en el Plan Nacional de Desarrollo. Sin embargo, en la práctica, la planeación no se articula con los procesos sustantivos de gobierno –presupuestación, evaluación, control interno, fiscalización y las decisiones políticas– lo que genera una falta de claridad de los avances conseguidos e impide la rendición de cuentas, explica Guillermo Cejudo, secretario académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en su cuaderno Planeación y rendición de cuentas publicado por la Red por la Rendición de Cuentas y el CIDE, que se presentó esta mañana en Pachuca, Hidalgo, en colaboración con el Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo.

Se rinden cuentas por procesos y no por resolución de problemas 

En su intervención, Guillermo Cejudo explicó que los ciudadanos en México damos por hecho que las decisiones que toma el gobierno son correctas, sin cuestionar si son buenas o malas, y para qué se hicieron. “Vemos si cumplieron los procesos, pero no si se resolvieron los problemas”, destacó Cejudo.

El investigador del CIDE, dijo que puede que los gobiernos hagan todo en tiempo y forma, y aún así, no resolver el problema para el que se planeó. “Puede un funcionario tener expediente limpio, sin robarse un clip, pero no resolver problemas”, dijo.

El especialista en políticas públicas, señaló que se necesita una planeación y redición de cuentas con responsables sobre decisiones y resultados. Es decir, cada vez que se diseñe una política, o se apruebe un presupuesto, decir qué se quiere resolver: “objetivos concretos”.

En este trabajo, el investigador explica que la planeación nacional, mandatada por la Constitución es desarrollada en el Plan Nacional de Desarrollo cada seis años carece de una falta de definición de compromisos concretos con responsables y resultados esperables y medibles, por lo que es difícil, cuando no imposible, monitorear y evaluar el cumplimiento, y por supuesto, llevar a cabo una fiscalización que derive en sanciones o correcciones de fallos conforme al plan.

Así, para que el Plan Nacional de Desarrollo y los planes sectoriales no se mantengan como documentos políticos de intenciones, sino que sean un instrumento jurídico normativo, Guillermo Cejudo propone vincular la planeación a la rendición de cuentas, lo que permita la fiscalización y evaluación de los programas a través de que se incluyan parámetros de diseño, ejecución,  evaluación y exigibilidad que hasta ahora no han sido incorporados en el sistema de planeación  para el desarrollo de manera que pueda lograrse una gestión pública de calidad.

Este trabajo forma parte de la Colección de Cuadernos de la Red, en la que se explica la ruta que han establecido la Red por la Rendición de Cuentas del Centro de Investigación y Docencia Económicas para que exista una política pública de rendición de cuentas para México.

La planeación podría permitir cerrar el ciclo de la fiscalización para que los más de 4 billones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación puedan destinarse conforme a resultados: Un presupuesto bien ejercido es aquel que permite conocer “cómo y en qué se gasta”, para trascender la discusión actual en el Congreso que sólo discute los montos y no el contenido sustantivo y los resultados esperados del gasto, pues actualmente un presupuesto que logró su objetivo fue aquél que fue gastado ‘en tiempo y forma’.

La propuesta de Cejudo es vincular la planeación a los resultados. Enfatizó que la democracia, requiere ejercicio y control ciudadano, pues no sólo son elecciones, se necesita saber qué hacen los gobiernos y por qué lo hacen.

En el cuaderno número 10 de la RRC, se analiza que el Plan Nacional de Desarrollo (PND), se presenta como un consenso que no existe en realidad, pues sólo sirve para mostrar la agenda del gobierno, pero no se le puede pedir que condense la voluntad general.

Además, se resalta que está claro que la vocación del PND no es la de rendir cuentas ni gestionar.

El doctor Cejudo mencionó que en el país se cuenta con pluralismo político, pero un consenso nacional sobre qué queremos los ciudadanos, es inexistente.