Ante la decisión que se supone hoy tomará el Senado de la república respecto a sí se permite a los cuatro (o a algunos de ellos) actuales Comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) continuar en el cargo, muchas expectativas se generan sobre el derrotero que tomará el tema de la transparencia en México, más allá de las reformas constitucionales.

Desde la llamada sociedad civil organizada se han manifestado diversas preocupaciones sobre la integración del Pleno del nuevo IFAI, todas enfocadas a que las personas que se nombren en dicho cargo sean las idóneas.

Como si se pensara en un “perfil ideal” de comisionado sin describirlo objetivamente.  Se ha generalizado en términos de que ninguna de las personas que tienen ahorita esa responsabilidad cumpliría con ese perfil, pero también se ha particularizado, creo que hasta con excesos, que Gerardo Laveaga es todo lo contrario de lo que se necesita para fortalecer al IFAI.

Más allá de innecesarios extremismos nos parece que habría que enfocarnos en dilucidar un poco ese “perfil ideal” para de ahí plantear de dónde, de la academia, del activismo social o de los propios órganos garantes del país incluyendo al IFAI, pueden salir las personas de carne y hueso a considerar para conformar esa especie de “dream team” que todos dicen que quieren.

Yo diría que por lo menos uno de los cuatro actuales debería quedarse y sin ambigüedades lo digo ahora, ese sería Ángel José Trinidad Zaldívar.  Aunque no creo que los senadores estén pensándolo así. Yo creo que su lógica es la de la tabula rasa, es decir o todos se quedan o todos se van y la segunda opción es la más posible.

Y ni siquiera vale la pena distraerse en ello, para mirar el siguiente paso, o sea el nombramiento de los restantes para completar los siete, así sean los siete.

Pregunto sin ingenuidad siendo que la respuesta es obvia.  ¿Habrá ya interesados esperando una hipotética convocatoria del senado?  Desde luego que sí.  Y están en su legítimo derecho.

Por lo que considero que no debemos quedarnos en lo superficial o en la forma, que nos dice mucho es cierto, pero al final lo que importa es el fondo.

Tomemos una referencia académica.  La parte 4 del libro Derecho de acceso a la información. La visión de los usuarios denominada con la pregunta “¿Qué modelo de institución garante se requiere para el ejercicio del derecho de acceso a la información?  Porque ese es el tema y no otro.

Y parece haber unanimidad de que el nuevo IFAI diseñado con las reformas constitucionales y que se espera se pula con las leyes secundarias es el modelo que se necesita por lo que la cuestión se traslada a lo que en el capítulo 13, (¿Qué diseño institucional debe adoptar el IFAI para lograr un mejor funcionamiento?) de dicho libro se aborda en una de sus partes, la titulada “Designación de los comisionados del IFAI”  (pp. 392-395).

Ahí se dice y no es difícil estar de acuerdo, partiendo de las leyes modelo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Article 19, que dicho proceso de designación debe cumplir “los siguientes principios: a) participación del público en el proceso de nominación, b) transparencia y apertura y c) publicación de una lista de los candidatos que se consideren más idóneos para el cargo.”

Y luego se mencionan en otro estudio, de Article 19 y Fundar, diez elementos en el mismo sentido, de los que sólo resalto tres que considero imprescindibles y que me parece que aparentemente no están siendo tomados en cuenta por los senadores.  Primero, “definición detallada del perfil deseado”, segundo la “integración y publicación del expediente de cada candidato” y tercero “los instrumentos técnicos para evaluar y calificar a los aspirantes.”

Pensemos en uno de los principios mencionados dos párrafos arriba.  En el primero y entonces preguntemos ¿Cómo se posibilitará dicha “participación del público”? ¿Mediante una convocatoria abierta para que se formulen propuestas y autopropuestas?

Pensemos en uno de los elementos del siguiente párrafo.  Igual en el primero, preguntemos también ¿qué indicadores comprenderá el “perfil deseado” y qué valor numérico se le dará a cada uno de ellos?

Esperemos que los senadores entiendan que el asunto no es simple sino más bien complejo y por lo tanto así se tiene que asumir y no queriendo encontrar atajos como una burda repartición de espacios.

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