Parece una mala broma, pero sí es posible hablar de transparencia en las campañas electorales. Bueno, no solamente hablar, sino que es posible existan estándares aceptables de transparencia. Allende las disposiciones a las que están obligados a cumplir los partidos políticos frente a los organismos electorales (que son mínimos, muy mínimos) la sociedad está ávida de que la principal oferta sea la honestidad.

Honestidad probada y sujeta a comprobarse. Ello incluye múltiples planos de información sobre el candidato(a) y mecanismos de verificación. Aquí solamente abordaremos un par. Ya en columnas anteriores hemos hablado de la campaña #3de3, en la que buscamos que se transparenten los ingresos, patrimonio e intereses de los candidatos.

También hemos hablado de la poca calidad de las propuestas y cómo nos venden más esperanzas e ilusiones que compromisos concretos. Ahora hablemos de 1) la compañía; y 2) las “prioridades”.

… Y te diré quién eres

Tanto para los contendientes a presidentes municipales como para aquellos que aspiran a ser Gobernador(a) vale la pena explorar un ejercicio innovador de transparencia: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Ese dicho popular cobra especial relevancia una vez que terminan las campañaselectorales e inicia la responsabilidad de gobernar y administrar los recursos de todas y todos.

¿Con quién realmente tienen compromisos? ¿Quiénes serán los verdaderos responsables de ejecutar las políticas públicas? ¿Son improvisados? ¿cuentan con las suficientes credenciales y preparación? ¿existen potenciales conflictos de intereses? ¿tienen antecedentes de corrupción, penales o de otra índole? ¿será un reparto tipo
pastel?Hacer público el gabinete durante las campañas electorales tiene como objetivo otorgar confianza, certidumbre y tranquilidad en los electores. Claro, esto solamente aplica si realmente se está convencido de los beneficios de rodearse de las mejores mujeres y hombres, los más capaces, los más probos.

Si el equipo de campaña duda hacer públicos ciertos nombres, por evitar “abrir frentes” de ataques y descalificaciones sin necesidad, es momento de replantear la estrategia. La honestidad se construye con acciones verificables. Si se anuncia un gabinete limpio en campaña y se nombra otro una vez llegado el Gobierno sería la forma más clara de deshonestidad. Lo hacen todo el tiempo entre lo que prometen y lo que realmente
cumplen, pero en esta ocasión sería muy evidente. Se empezaría muy mal.

Las prioridades

Como sé que hacer públicos los gabinetes es una propuesta difícil de ser abrazada por los candidatos en un contexto corporativista, toda vez que muchos de sus seguidores y grupos cercanos quedarían decepcionados prematuramente y por ello desincentivados, pasemos al plano de las prioridades.

¿Cuáles serán las prioridades de su Gobierno? ¿la seguridad? ¿el empleo? ¿la educación? ¿el combate a la corrupción?

Guillermo Padrés no prometió la construcción de presas y acueductos durante sucampaña y aún así, el Sonora SI es el centro de su Gobierno. Quemó todo su capital político (y se invirtieron muchos miles de millones) por cumplir algo que no había prometido como prioridad.

Felipe Calderón no construyó su campaña en torno al tema de la seguridad. No prometió una guerra para quitarle al crimen organizado el control del País. Sus temas eran el empleo y las “manos limpias”. ¿Qué sucedió? ¿nos engañó?
Peña Nieto, por su parte, no ganó las elecciones gracias a su propuesta de reformas estructurales, no construyó su candidatura presidencial con base en modificaciones legislativas en lo laboral o lo energético.

Es precisamente por esta realidad que resulta indispensable conocer cuál es el diagnóstico de prioridades de quienes nos van a gobernar. Conocer cómo piensan atenderlas e incluso cómo financiarlas. Así, si supiéramos que el candidato(a) pretende contraer más deuda pública para invertir en puentes y distribuidores viales, lo pensaríamos dos veces antes de votar por él o ella.

Si podemos verificar que sus propuestas fueron cumplidas y que sus ejes de campaña fueron medianamente la prioridad durante su Gobierno, otra cosa sería. Otras campañas tendríamos y, sin duda, otra calidad de Gobierno.

En La Lupa: Violencia en el IEE

¿Cómo podemos hablar de certeza y paz si en la misma “casa de la democracia” se
asoma la violencia como mecanismo para resolver diferencias? ¿cómo estar tranquilos
ante lo que se asoma este 2015?

Fuente: El Imparcial