Suscribo totalmente el Pronunciamiento del Colectivo por la Transparencia y México Infórmate sobre nombramientos #NuevoIFAI definidos en el Senado el miércoles 30 de abril pasado respecto a los integrantes del Pleno de dicho órgano.

Pero quiero hacer algunas observaciones críticas sobre tales nombramientos, empezando por hacer mía la decepción del Senador Javier Corral de que al final haya faltado la transparencia que durante prácticamente todo el proceso legislativo de estas designaciones, se había dado.

Me alejo de las manifestaciones “políticamente correctas”, las que respeto desde luego, con que varios amigos míos de la Conferencia Mexicana para el Acceso a la Información Pública (COMAIP) que considero acríticas “felicitan” a los nombrados. Y es así porque a por lo menos tres de ellos los traté y se puede decir que los conozco.

Pero evito lo más posible las alusiones personales y más bien me aboco a dos aspectos generales que creo son deficiencias en la decisión final y de las que prácticamente no se ha hablado en el rio de tinta y bites que se ha desatado a propósito de.

El primero se refiere a que la equidad de género en realidad no es tan equitativa. Y no me refiero al hecho de que sean tres mujeres (una de ellas excelente decisión según mi gusto, Areli Cano Guadiana) frente a cuatro hombres (uno de ellos prácticamente injustificable su nombramiento, Eugenio Monterrey). Me refiero a que, a aquellas se les eligió para los periodos más cortos, dos para que estén en funciones hasta 2018 y una hasta 2020, mientras uno de ellos estará hasta 2023, dos hasta 2022 (y precisamente uno es Monterrey, ¿Lo estarán perfilando para un eventual relevo en su momento en la presidencia?) y el cuarto hasta 2020 (marzo 31 todos de cada año respectivo).

Quizá puede pensarse muy rigorista mi apreciación pero parte de una definición amplia del propio término de equidad, no sólo en el número sino en el trato en las designaciones. O cómo entendemos esa “Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece” que según la Real Academia de la Lengua Española significa tal término. La pregunta incómoda es ¿Por qué ellos más tiempo que ellas?

Y el segundo aspecto se refiere a la tan cacareada búsqueda de “pluralidad” que se dijo se iba a hacer al integrar este colegiado tan importante para el proceso democratizador de nuestro país.

En principio, tratando de no ser repetitivo no quedó muy claro que los diversos sectores interesados en el tema, a saber académicos, activistas de la sociedad civil organizada, funcionarios de los propios órganos garantes y comisionados o ex comisionados de los mismos en las entidades federativas; hayan sido considerados. Ya no digamos que de los que sí fueron considerados hayan sido los realmente más idóneos como en el caso de los primeros y los últimos enlistados antes. No, lo realmente lamentable y ya lo han dicho otros es que no se haya considerado a alguien de la sociedad civil organizada, teniendo como tenían alternativas realmente valiosas como Guillermo Noriega de “Sonora Ciuadadana”. Uno de los dos espacios que se otorgaron a burócratas de entidades públicas bien pudo haberse destinado para ese espectro de verdaderos luchadores sociales. No es lo mismo desde una oficina implementar, si quieren con éxito, políticas sobre el tema que en la calle, con talleres y directamente con las personas de a pie socializar el DAI. En todo caso ambas experiencias serían necesarias en el Pleno del Nuevo IFAI.

Además tampoco aplicaron la pluralidad en el perfil profesional de los nombrados. Considero que cuatro abogados en un colegiado de siete de ninguna manera habla de pluralidad. Y luego se suman dos economistas, es decir no hubo, para los senadores, en otras profesiones como politólogos o comunicólogos (para no hablar de los sociólogos) candidatos idóneos.

Como se ve no estoy abordando el tema por el lado más delicado que es la opacidad con que por lo menos dos de los nombrados llegan al Nuevo IFAI, o de cuestionar en algún modo sus capacidades, que desde luego que se puede cuestionar. Sólo estoy observando dos “detalles” de los que casi no se ha hablado.

De todos modos, falta que Peña objete o no a alguno o todos los nombrados, cosa que parece imposible porque siendo suspicaces podemos ver que sus intereses ya están más que presentes ahí.

Además, cuestión que en realidad se me hace más interesante de todo lo que resta, es conocer el informe final que el Comité de Expertos prometió que entregará al final; así como la base de datos elaborada por el mismo en el que se encuentran las calificaciones individuales que recibimos todos los participantes. Más que mis propios resultados tengo una enorme curiosidad de saber que encontraron o no en el caso de Ernesto Villanueva para no incluirlo en la lista de 25 idóneos que entregaron al Senado.

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