Por Alejandro Torres Rogelio
Comisionado Ciudadano del INFODF

El acceso a la información es un derecho humano y sirve para ejercer otros derechos. ¿Pero de qué nos sirve para nuestra vida cotidiana? ¿Qué tiene que ver eso con nuestra salud, los problemas que enfrentamos cada día, con nuestros intereses? Van tres ejemplos descritos de una manera muy sintética de personas que han ejercido su derecho a la información, gracias a los talleres que Samuel Bonilla, promotor incansable del derecho a la información, impartió recientemente en Puebla.

Caso 1.- Una mujer preguntó a autoridades del sector salud federales, de Puebla y del Distrito Federal qué programas tenían en específico para personas que, como ella, han sobrevivido al cáncer y han sido mastectomizadas, cómo acceder a ellos y qué cuidados deben tener ahora. Ni la respuesta de la Federación ni las autoridades de Puebla atendieron tan exhaustivamente su pregunta como la Secretaría de Salud del Distrito Federal, la cual no solo le informó respecto de los programas, sino también de sus alcances, le entregó recomendaciones de especialistas, y una serie de información que ahora ella comparte en su organización ciudadana con otras mujeres que también han enfrentado al cáncer. Ahora tienen más y mejor información para insistir ante el Congreso de la Unión para que se legisle y se considere a ese sector específico como personas con discapacidad, y con ello se les dé acceso a los beneficios a los que tienen derecho.

Caso 2.- Una joven y su hermana han sido discriminadas por sus tatuajes. Inclusive despidieron de su trabajo a una de ellas y ha encontrado dificultades para ejercer su profesión como médico. A partir de solicitudes de acceso a información se han allegado de elementos para demostrar que no hay ninguna normatividad que les impida realizar ningún trabajo, e incluso han demostrado que son aptas para donar sangre un vez cubierto determinados requisitos. Con esta información, que han compartido con otras personas tatuadas, han podido defender sus derechos al trabajo, a la diversión y a la salud con mejores argumentos de defensa.

Caso 3.- Una persona que vive en Tlaxcala es activa defensora de los derechos de las personas víctimas de la trata de personas y de la prostitución. Su organización ha obtenido, a partir de solicitudes de información, todas las leyes, reglamentos y normatividad que existen en la materia, los programas gubernamentales, presupuestos asignados y servidores públicos asignados a combatir ese delito, además de requerir los resultados obtenidos. Esta información no sólo le ha permitido a su asociación ciudadana sumarse a quienes han visibilizado ese problema que afecta en particular a comunidades de Tlaxcala, sino también exigir una rendición de cuentas a los servidores públicos que no han cumplido con sus obligaciones marcadas claramente en las leyes y en los programas oficiales vigentes.

¿Te has preguntado cómo te puedes beneficiar o apoyar con el acceso a la información pública? Ejércelo.